En el año 2011 se creó la Red de Bosques Andinos, una iniciativa de trabajo colaborativo para el monitoreo de bosques montanos de los países andinos. Actualmente, los miembros de la red incluyen a científicos y técnicos de Alemania, Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Perú y Venezuela, vinculados al monitoreo de bosques andinos; así como representantes de los Ministerios de Ambiente, incluyendo funcionarios de los Sistemas Nacionales de Áreas Protegidas, y los Programas Nacionales de Cambio Climático de Colombia, Ecuador, y Perú.
Esta red busca promover la investigación de los ecosistemas dentro de los bosques andinos y los efectos del cambio climático global para apoyar procesos de conservación, gestión de la diversidad, y desarrollo en los países. También busca que los resultados de dichas investigaciones sirvan como una plataforma de comunicación y colaboración entre técnicos, científicos y tomadores de decisión en la región.
Dentro de sus objetivos también se encuentra detectar modificaciones relacionadas con cambio ambientales globales a través de la estandarización de metodologías y el manejo de datos. Debido a ello, la red está abierta investigadores y técnicos del área y representantes de gobiernos nacionales y locales de la Región Andina comprometidos a promover los objetivos de la Red de manera sustancial, a través del establecimiento de nuevos sitios de monitoreo y/o del trabajo colaborativo con los investigadores de la red en sitios existentes.
Desde su formación, la Red de Bosques Andinos ha promovido colaboraciones que han dado lugar a publicaciones científicas en revistas reconocidas. Varias de estas investigaciones exploran los efectos del cambio ambiental global en ecosistemas boscosos andinos. La RBA continúa agregando investigadores de la región que enriquecen las perspectivas de colaboración e investigación en estos ecosistemas.
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La red cuenta con el apoyo del Programa de Bosques de Montaña y la Gestión del Cambio Climático en los Andes (Programa Bosques Andinos) implementado por el Consorcio HELVETAS Swiss Intercooperation –CONDESAN, financiado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y por el Proyecto EcoAndes, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).
En Octubre del año anterior, el Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE) presentó ante la UNESCO el expediente para solicitar la declaratoria del territorio del Noroccidente de Pichincha como Reserva de Biósfera. El mismo fue analizado por el Comité Consultivo Internacional para las Reservas de Biósfera y durante su 24ª reunión, que se llevó a cabo del 5 al 8 de Febrero de 2018, recomendó a la autoridad ambiental del Ecuador hacer aclaraciones respecto a zonificación, población y actividades económicas en la zona núcleo. El MAE, junto con el GAD de Pichincha, solventaron estas dudas, por lo que se espera que dentro de la 30ª Reunión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa del Hombre y la Biosfera, que tendrá lugar en Palembang – Indonesia entre el 23 y 28 de julio del presente año, se resuelva a favor de la Declaratoria para el Chocó Andino de Pichincha, permitiendo la continuación de proyecto territorial para la conservación y la sostenibilidad iniciado muchos años atrás.
Con el objetivo de impulsar esta decisión, viajará una delegación oficial ecuatoriana que incluye a: un representante del Ministro de Ambiente, Tarsicio Granizo, un representante del Prefecto de Pichincha, Gustavo Baroja, el Presidente y el Coordinador Técnico de la Mancomunidad del Chocó Andino, Washington Benalcázar e Inty Arcos, la Presidenta del GAD de Mindo, Lilian Salazar y representantes de la sociedad civil. En Indonesia, se unirá también el Embajador Fabián Valdivieso, como máximo representante del Ecuador en el evento para justificar y apoyar frente a la UNESCO este importante proceso de declaratoria.
¿Qué son las Reservas de Biósfera?
Las reservas de biosfera son zonas compuestas por ecosistemas terrestres, marinos y costeros, reconocidas por el Programa sobre el Hombre y la Biosfera de la UNESCO. En cada una de ellas se fomentan soluciones para conciliar la conservación de la biodiversidad con su uso sostenible, el desarrollo económico, la investigación y la educación. Fuente: UNESCO
Por su importancia global en cuanto a biodiversidad y los procesos de largo aliento de gobernanza orientada al desarrollo sostenible, el Noroccidente de Pichincha reúne las condiciones para convertirse en Reserva de Biósfera. Por ello, la delegación ve viable que esto se dé durante la reunión. Se espera que esta declaratoria internacional de UNESCO, traiga beneficios en la conservación de la biodiversidad del territorio, sus procesos de gobernanza, el fortalecimiento del tejido social, además de apoyar el turismo y la producción sostenible.
El Programa Bosques Andinos ha estado trabajando de la mano con el Consejo Provincial de Pichincha y la Mancomunidad del Chocó Andino en la preparación de todo el expediente para la solicitud de la Reserva de Biósfera ante la UNESCO ya que este mecanismo tiene el potencial de apalancar y promover la sostenibilidad de los procesos que el Programa ha venido trabajando en territorio durante estos años.
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La participación ciudadana es un elemento fundamental para hacer frente al cambio climático. El Gobierno Peruano, en abril de 2018, promulgó la Ley Marco sobre Cambio Climático, y desde mayo a través del MINAM, mayo de 2018 se dio inicio al “Proceso Participativo de Elaboración del Reglamento de la Ley Marco sobre Cambio Climático”. Para ello, pone a disposición de la ciudadanía, su Plataforma DIALOGUEMOS, a través de la cual propone construir juntos y con transparencia los mecanismos, procesos y acciones de adaptación y mitigación. De este modo será posible asegurar una respuesta al cambio climático firme, con una visión de política de Estado.
Para el Gobierno Suizo y su Cooperación Suiza COSUDE, resulta clave la promulgación de dicha ley, toda vez que desde el 2015, a través de su Programa de Apoyo a la Gestión del Cambio Climático viene contribuyendo a la acción concertada para incorporar la condición del cambio climático en la gestión pública, multisectorial y multinivel, con miras a un desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima.
Los bosques secos tropicales y montanos representan una franja de 7,500 km a lo largo de los Andes y América Central. Estos bosques soportan densas poblaciones humanas y presentan gran expansión agrícola e industrial, lo que resulta en una matriz severamente fragmentada de bosque, agricultura e industria. Este taller discutirá los beneficios de vincular a los investigadores y las entidades y organizaciones interesadas en bosques secos y montanos en América Latina para compartir experiencias del conocimiento de la biodiversidad, el monitoreo, la conservación y la estimación y valoración de la prestación de servicios ecosistémicos. Equilibrar el uso del bosque remanente con la conservación y la prestación de servicios ecosistémicos es fundamental para un futuro sostenible para las comunidades y las agroindustrias.
Manuel Peralvo, Coordinador de Investigación del Programa Bosques Andinos, realizará una presentación sobre biodiversidad y cambio climático en los bosques andinos.
El ingreso es libre.
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En el ámbito de la mancomunidad Saywite Choquequirao Ampay, en la región Apurímac, Perú; la comunidad campesina de San Ignacio de Kiuñalla (Kiuñalla) ha decidido restaurar sus bosques.
Este interés surge debido a que los comuneros y las comuneras perciben que los bienes y servicios ecosistémicos que proporcionan sus bosques han disminuido, especialmente la cantidad de agua disponible. Es evidente que sus bosques están fuertemente degradados y fragmentados, principalmente por el cambio en el uso de la tierra para la instalación de parcelas agrícolas y de pastos para ganadería.
Con este fin se ha delimitado y demarcado un área piloto para la implementación y monitoreo de las acciones que conlleven a la restauración del ecosistema.
Todo ello ha conllevado a realizar la valorización de los bienes y servicios que aportan los bosques a la comunidad campesina de Kiuñalla. Para que los resultados sean asimilados por los miembros de la comunidad con mayor grado de apropiación, se ha realizado esta valorización de manera participativa, siendo los propios comuneros y comuneras quienes han proporcionado la información y han validado los resultados a través de diferentes métodos propios de la investigación participativa.