Autores: JAVIER E. GYENGE, M. ELENA FERNÁNDEZ1, JULIÁN LICATA, MARIANA WEIGANDT, BARBARA J. BOND & TOMÁS M. SCHLICHTER
La comunidad campesina de Kiuñalla se encuentra ubicada en el distrito de Huanipaca, provincia de Abancay, departamento de Apurímac en Perú. Desde hace más de 5 años, forma parte de los sitios de intervención del Programa Bosques Andinos, mediante el cual, se vienen desarrollando actividades de recuperación y restauración de sus bosques nativos, pastizales y bofedales.
El Programa Bosques Andinos (PBA) viene promoviendo acciones colaborativas con la comunidad campesina de Kiuñalla, autoridades locales, organizaciones del estado y organizaciones de base, con el fin de, fortalecer prácticas de restauración como estrategia efectiva del manejo sostenible del paisaje de bosques andinos; así como, la generación de beneficios locales a mediano y largo plazo.
Es así, que las acciones de restauración del paisaje se enfocan en comprender e identificar las características ecológicas, biofísicas y técnicas de la restauración del bosque nativo, que contribuya a la necesidad de los pobladores de contar con:
Teniendo en cuenta estos objetivos, Kiuñalla y la Ong Cedes Apurímac han venido desarrollando acciones como parte del PBA, que consisten en:
1) Instalación de almácigos de hortalizas. (entre noviembre y diciembre de 2019) en el vivero comunal. Esto es parte de las iniciativas para mejorar la alimentación familiar, la seguridad alimentaria, combatir la desnutrición infantil, entre otros.
2) Distribución de almácigos, o plántulas de hortalizas, a familias para su plantación definitiva:
3) Calificación y premiación del Concurso de Semillas Forestales Nativas. Contó con la participación de la I. E. Menores Ricardo Palma, a través de acciones de transmisión intergeneracional, padres de familia y alumnos, con la finalidad de recuperar y conocer las bondades de la diversidad de los bosques de Kiuñalla; si como, conocer qué semillas se puedan producir en el vivero comunal para restaurar el bosque nativo.
4) Cercado del manante de la Comunidad de Kiuñalla (enero 2020) con la finalidad de conservar las fuentes de agua que abastecen a toda la comunidad; tanto para uso en riego agrícola, pecuario y el consumo. La mayoría de estos manantes se encuentra alrededor, y dentro, del bosque nativo.
¡Felicitaciones a todas y todos los miembros de la Comunidad de Kiuñalla!
[fotos enviadas por la misma comunidad]
En el marco de la Iniciativa 20×20, Helvetas Perú está participando activamente en el evento “Oportunidades de inversión privada en la restauración de tierras degradadas, con enfoque de paisaje desde el sector agropecuario” que se lleva a cabo en Bogotá, Colombia, los días 3 y 4 de marzo.
Restaurar un paisaje forestal implica el compromiso y acciones de todos los usuarios y beneficiarios de un espacio degradado con el objetivo de volverlo a su estado original; es decir, “restablecer la estructura, la productividad y la diversidad de las especies del bosque que estaban presentes originariamente en un lugar” (FAO, Herramientas para la GFS). La pérdida de los servicios ecosistémicos del bosque implica un accionar conjunto entre interacciones entre la población, los recursos naturales y el aprovechamiento de la tierra. Del mismo modo, su restauración implicará la participación articulada de todos.
Como parte del Programa Bosques Andinos, y gracias al permanente apoyo de la Cooperación Suiza COSUDE, el SERFOR y el MINAM del Perú; así como, la Vicepresidencia del Ecuador, estarán participando de esta evento internacional que busca dar a conocer las oportunidades de financiamiento a través de inversiones de impacto en restauración dentro de la Iniciativa 20×20, compartir experiencias de inversiones de impacto en restauración en Colombia y Latinoamérica; comunicar los elementos necesarios en la preparación de proyectos para inversiones de impacto en restauración; e identificar las principales necesidades técnicas y de, que permitan avanzar en la consolidación de proyectos agropecuarios con potencial restaurador.
Organizado por la Iniciativa 20×20 (iniciativa apoyada por 50 socios técnicos y una coalición de 22 inversionistas de impacto y fondos privados que han indicado su intención de invertir 2,450 millones de dólares en proyectos de restauración y deforestación evitada en la región) se busca la complementariedad de acciones y políticas en nuestra región para avanzar en el cumplimiento de las metas climáticas acordadas en el Acuerdo de París, que nuestros países firmaron.
Se espera avanzar en el proceso de restaurar alrededor 20 millones de hectáreas de tierra al 2020 y 30 millones de hectáreas en restauración a 2030, reflejadas en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés).
Junto con la Mesa Nacional Asesora de Restauración (Colombia), World Resources Institute (WRI), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y 3erPlaneta Networking Group apostamos por oportunidades de inversión en el sector agropecuario con potencial restaurador.
¡El planeta no puede esperar!
Tras la exitosa experiencia de 2019, año en que Corantioquia promovió la Sembratón Bosques de Vida, en articulación con otras autoridades civiles y ambientales de Antioquia, este 2020 la Corporación aportará toda su capacidad técnica y operativa para aportar al reto de la campaña #Sembrar Nos Une con la cual el Gobierno Nacional busca plantar 180 millones de árboles en todo el territorio colombiano, durante el actual Gobierno.
En Antioquia, Bosques de Vida permitió la unión de más de 60 organizaciones públicas y privadas que, con el liderazgo de Corantioquia, lograron la siembra de 515.669 árboles, en jornadas masivas a las que se vincularon más de 30 mil personas. Hoy este propósito ha trascendido y con el concurso del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, diversas entidades trabajan en una amplia convocatoria para lograr una primera siembra de 1.500.000 árboles los próximos 21 y 22 de marzo.
En esta oportunidad, Corantioquia cumplirá la meta de plantar 300 mil árboles en su jurisdicción, pero además ha puesto en marcha la Red para el Desarrollo Regional Sostenible, BIO+, con la cual se mejorarán el territorio, los recursos naturales y la vida. La estrategia proyecta reducir más de mil hectáreas deforestadas y lograr más de 12 millones de árboles nuevos durante los próximos cuatro años.
Corantioquia es la autoridad ambiental en 80 municipios del Departamento de Antioquia. Es signataria del Pacto por los Bosques de Antioquia desde su creación y se articuló como miembro del Observatorio de Bosques de Antioquia desde el año 2019.
Pactos por los Bosques de Antioquía es una alianza de voluntades que trabaja por la conservación y protección de los bosques, por la promoción de dinámicas productivas sostenibles y por la gestión en políticas públicas que incluyan a los bosques como ecosistemas vitales para el desarrollo de la vida.
Observatorio de Bosques de Antioquia (O.B.A) nace del Programa Bosques Andinos que forma parte del programa global de cambio climático de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), facilitado por el consorcio Helvetas Perú – Condesan, y ejecutado en Antioquia gracias al Pacto por los Bosques y a un convenio interinstitucional entre El Jardín Botánico de Medellín, la Corporación Masbosques, Empresas Públicas de Medellín y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
En diversas culturas representan un signo de poder y conexión con lo salvaje, sin embargo, seis de las ocho especies de osos que existen en el mundo están en algún grado de amenaza debido, en gran parte, a las actividades humanas.
Algunas de las especies son el panda gigante (Ailuropoda melanoleuca), que es una de las más carismáticas del mundo, por algo es el animal nacional de China. Su pariente más cercano es el oso de anteojos y existe una subespecie marrón y blanca que no supera los 300 individuos.
El oso de anteojos (Tremarctos ornatus), es el jardinero de los bosques y el único oso de Suramérica y camina por las montañas andinas, desde Venezuela hasta Bolivia. Sus características manchas alrededor de los ojos, hocico y pecho son distintas en cada individuo. Al igual que el panda y el oso malayo, no hiberna. Son excelentes trepadores y sus garras les sirven para agarrar y manipular ramas de árboles, tallos de plantas o cavar en la tierra. Aunque son omnívoros, consumen principalmente en frutas y plantas. Por su dieta y sus largos recorridos, ayudan a diseminar semillas. En Colombia se encuentra en 22 de los 59 Parques Nacionales Naturales.
El oso malayo (Helarctos malayanus) es el más pequeño de los osos y se encuentra en los bosques tropicales del sudeste asiático. Trepan fácilmente árboles para encontrar alimento, sobre todo cocos, sus favoritos. Aunque es omnívoro, consume desde semillas hasta insectos y pequeños mamíferos. Al igual que el oso de anteojos, no hiberna, y las hembras pueden tener dos oseznos al año. Cada vez son menos, por la pérdida de su hábitat causada por la agricultura, la minería y la extracción de madera, así como la cacería ilegal.
El o so perezoso o bezudo (Melursus ursinus) es la especie más famosa gracias al personaje de Baloo, maestro de Mowgli en ‘El libro de la selva’, obra de Rudyard Kipling. El oso perezoso vive en praderas y bosques de India, Nepal, Sri Lanka y Bangladés. Tiene el pelo más largo y lacio que el resto de sus primos úrsidos. Sus pies son curvados hacia dentro y tienen un hocico prominente. Su dieta es amplia: huevos, miel, flores y tubérculos, pero su debilidad son las hormigas y termitas. Se reproduce una vez al año y su gestación dura once meses. La población está decreciendo por la deforestación y por la cacería ilegal para obtener su piel y bilis (usada en la medicina china).
El oso negro asiático (Ursus thibetanus) habita en los bosques de Asia, desde Irán hasta Japón, incluso puede encontrarse en Taiwán. Su pariente más cercano en el oso negro americano y comparte un ancestro común con el oso pardo y el oso polar. Es omnívoro y le encantan las bayas, frutas, nueces, así como la miel, peces y algunos animales pequeños. También consume carroña. En su amplia zona de distribución sus ecosistemas han sido invadidos, razón que explica su agresividad y posibles ataques a humanos. Hasta ahora se han reconocido siete subespecies del oso negro asiático, pero ya se encuentra extinto en muchos lugares, ya sea por la pérdida de hábitat o la cacería.
El oso negro americano (Ursus americanus) es el oso más abundante en Norteamérica y considerado uno de los mamíferos más inteligentes que existen. No en vano se le capturaba mucho para circos. Se han identificado 16 subespecies de oso negro americano que viven en bosques y montañas, aunque el color de su pelaje varía entre ellas del negro al blanco, con diversos matices. Los machos pueden llegar a medir hasta 2,80 metros de largo; las hembras, hasta 2,55 metros.
Está también el oso pardo (Ursus arctos), con varias subespecies entre las que se cuentan el Kodiak y el Grissly. Habitan los bosques templados de Norteamérica, Europa y Asia. Hace 150.000 años un grupo se separó de esta especie y surgieron los osos polares. Al igual que los osos andinos, son plantígrados, es decir, pueden apoyar completamente sus patas traseras en el suelo para erguirse muy bien. Esto puede ser impresionante, pues hay ejemplares de osos pardo de hasta 2,95 metros. Son omnívoros y su alimento preferido son los panales de miel y los salmones. Guardan en su capa de grasa hasta un 75% de la energía de sus alimentos para la hibernación.
El oso polar (Ursus maritimus) es el superdepredador del Ártico y un excelente nadador. En los últimos años, se ha convertido en el símbolo del cambio climático. Su hogar, la zona más al norte del planeta cubierta por hielo, está en inminente riesgo por el aumento de la temperatura. Tiene un perfil más alargado que el de otros osos y sus patas se han adaptado para sostenerse en las placas de hielo, desde donde se impulsa para cazar focas. Como sucede con el oso de anteojos, en la reproducción las hembras aguardan para implantar el óvulo fecundado, preparándose en los meses previos almacenando la mayor cantidad de grasa posible, aunque la especie no hiberna. Nacen una o dos crías.
En octubre del 2020, el CDB adoptará un marco de biodiversidad mundial post-2020 como un paso hacia la Visión 2050 de «Vivir en armonía con la naturaleza«.
Hace casi diez años, el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica aprobó los Objetivos de Aichi para la protección global de las especies. Las evidencias muestran que las medidas tomadas no han sido suficientes. ¿Cómo debería ser un nuevo marco general de protección de la diversidad biológica?
En el año 2010, la comunidad ambiental global celebró la aprobación de una significativa decisión del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés). Las partes establecieron un nuevo plan de trabajo [1] para el periodo de 2011 a 2020, implementado a través de los Objetivos de Aichi, como parte de un amplio marco sobre biodiversidad para todo el sistema de Naciones Unidas.
Casi llegando al fin del plan de trabajo, las evidencias muestran que las acciones realizadas no han sido suficientes para alcanzar los objetivos y que más medidas urgentes y efectivas son necesarias para reducir las amenazas a la biodiversidad. La evaluación intermedia sobre la consecución de los objetivos mostró que ningún objetivo estaba en camino de estar cumplido, salvo el Objetivo 16, relativo a la entrada en vigor y funcionamiento del Protocolo de Nagoya. En su sexta sesión plenaria, la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus letras en inglés) aprobó una serie de evaluaciones regionales y subregionales de biodiversidad y servicios ecosistémicos, y proporcionó resúmenes de estas a tomadores de decisiones. Aunque todos destacan la importancia de la biodiversidad para el bienestar de los seres humanos, también señalan que las amenazas a la biodiversidad continúan incrementándose, incluyendo al cambio climático, las especies exóticas invasoras, la contaminación y el uso insostenible de los recursos.[2]
El reporte global sobre biodiversidad, publicado en mayo del 2019 por la IPBES, y aprobado durante su séptima sesión plenaria en París, es una de las mas extensas evaluaciones de este tipo. Muestra una disminución de los hábitats naturales sin precedentes en la historia de la humanidad, con la alarmante cifra de un millón de especies que enfrentan la extinción.
El mensaje principal aclara que la naturaleza está produciendo más alimentos, energía y materiales para los seres humanos que nunca, pero esto es a expensas de su capacidad de seguir haciéndolo en el futuro. Además, muestra con ejemplos claros la distribución desigual de los recursos naturales. Quizá uno de los casos más alarmantes es el de la producción alimentaria: mientras hay suficiente alimentos para cubrir las necesidades globales, el 11% de la populación global sufre mala nutrición.
Cabe señalar que el resumen para tomadores de decisiones[3] utiliza un lenguaje claro para nombrar a los impulsores del declive de la naturaleza: el crecimiento continuo de la población, el aumento del poder adquisitivo y del consumo per cápita. Además, enuncia claramente que un “todo sigue igual” ya no es posible y subraya la necesidad urgente de cambios sustanciales hacia reformas del mercado.
En 2020, la 15ª Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP 15) deberá aprobar un nuevo Marco Global de Biodiversidad (GBF, por sus siglas en inglés), que podría representar una nueva oportunidad para responder a estas crisis urgentes. La Decisión 14/343[4], aprobada en Sharm El Sheik durante la COP 14, define los pasos hasta la COP 15. Se estableció un grupo abierto de trabajo, que se reúne durante el periodo entre las sesiones para apoyar la preparación del GBF posterior a 2020 e invita a la Asamblea General de las Naciones Unidas a que convoque a una cumbre de alto nivel sobre biodiversidad en 2020, a nivel de Jefes de Estado y Jefes de Gobierno. La Decisión también formula una serie de principios que forman la base del plan de acción y establece un proceso de consulta abierto a la sociedad civil. Esto incluye la posibilidad de asistir a reuniones regionales de consulta y, mediante propuestas, realizar aportes a los documentos de discusión preparados por el Secretariado de la Convención.
Es justo reconocer que el CBD está abierto en gran medida a la sociedad civil, pero no debemos perder de vista que cuando se abre una puerta para quienes son titulares de derechos y partes interesadas, es posible que se abra una puerta aún más grande para los intereses privados. La influencia de las corporaciones en los organismos ambientales de la ONU es evidente y, desafortunadamente, está creciendo en el CBD. En 2017, un grupo de organizaciones de la sociedad civil alertó de que una empresa de relaciones públicas de biotecnología había contratado a varias personas para participar en un foro de expertos en línea, organizado por el Secretariado del CBD, que debía proporcionar asesoría sobre biología sintética.[5] Las evidencias mostraron que, aunque las personas fueron nominadas como expertos independientes, estaban claramente coordinadas para influir las discusiones. Gracias a las acciones inmediatas de la sociedad civil, la COP 14 adoptó un procedimiento para evitar o enfrentar conflictos de interés en los grupos de trabajo.[6] Este fue ciertamente un paso importante, pero aún no es suficiente para detener y prevenir la influencia de las corporaciones en la Convención en su totalidad.
En este contexto, la participación de la sociedad civil en la adopción de un nuevo Marco Global de Biodiversidad es más relevante que nunca. En la primera ronda de propuestas, diversas organizaciones mencionaron varios problemas comunes , que incluyen:
Una de las ideas comunes entre varias organizaciones es, que el nuevo Marco Global de Biodiversidad debe tener un enfoque sólido basado en los derechos y para eso hay buenas razones. Según un informe de Global Witness, el año 2017 ha sido el más mortífero para los defensores ambientales de que se tenga registro. Al menos 207 personas fueron asesinadas, y se ha vinculado a la agroindustria con la mayoría de estos crímenes..[7] Aunque es inconcebible que tantas vidas humanas sean perdidas en aras de las ganancia, es esta misma codicia la que está llevando a la extinción de varias especies – con una tasa de extinción entre 1,000 y 10,000 veces mayor que la natural-. ¿Quién debe protegerlas si no pueden hablar por sí mismas?
Todas las especies están interconectadas. El hecho de que no podamos ver sus vínculos o medir su llamado beneficio o servicio a la humanidad, no significa que no contribuyen al equilibrio de nuestro planeta. Un ambiente sano es un derecho humano en muchas maneras. Nos permite disfrutar de nuestros derechos básicos, pero también vivir en paz. La evidencia creciente muestra que el declive de la biodiversidad y el deterioro y la destrucción de los ecosistemas conducen a crisis sociales y humanitarias masivas, e incluso a conflictos armados. Un ejemplo claro es la extinción del Lago Chad en África, que ha provocado el desplazamiento de alrededor de 2 millones de personas. Muchas de ellas han llegado a estados tan vulnerables que, debido a la competencia por los recursos, han surgido conflictos armados.
Se deben considerar algunos elementos técnicos al adoptar un nuevo Marco Global de Biodiversidad, pero reconocer que la biodiversidad es vida probablemente debería ser el punto de partida para su elaboración. Para proteger la vida, necesitamos justicia y acciones concretas para alejarnos de las vías de desarrollo que la amenazan.
Referencias
Gadir Lavadenz