Atumpata es una comunidad campesina ubicado en la microcuenca de Mariño en Abancay, Apurímac, donde desde Helvetas Perú y CEDES Apurímac se encuentran trabajando directamente con mujeres y hombres, en el marco de las acciones del Programa Bosques Andinos (PBA).
Este viernes 27 de noviembre se organizó una jornada de inicio de la campaña de forestación regional 2020 “Un millón de árboles”, que cuenta con la activa participación de los de autoridades de las comunidades de Atumpata, Micaela Bastidas y Llañucancha; así como, de la empresa EMUSAP Abancay, el Gobierno Regional de Apurímac – Programa Bosques Manejados, representantes de los municipios de Abancay y Tamburco; instituciones miembros de la plataforma de MRSE Rontoccocha, la organización de jóvenes “Econergía e Interquorum”, entre otros.
Esta actividad busca recuperar y restaurar los bosques andinos de Apurímac y en la zona de recarga hidrológica del Mariño unas 50 has. con árboles de Queuña, los cuales representan un ecosistema vital para el ciclo de vida de los pobladores, animales y flora
Además, siendo esta zona una parte estratégica de los Mecanismos de Retribución de los Servicios Ecosistémicos (MERESE), existe el compromiso de todos para continuar con el cuidado y acciones que contribuyan a la oferta de agua para Abancay.
Con la magnífica presencia de la Laguna de Rontoccocha, la ceremonia del pago a la Pachamama dio inicio a las actividades de reforestación.
El PBA es una iniciativa regional del Programa Global de Cambio Climático (PGCC) de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), que contribuye a que la población andina que vive alrededor de los bosques andinos reduzca su vulnerabilidad al cambio climático y reciba beneficios sociales, económicos y ambientales de la conservación de bosques andinos. Y busca contribuir a mejorar las capacidades de adaptación y mitigación frente al cambio climático, mediante la consolidación y escalamiento de políticas, prácticas, herramientas y esquemas de incentivos exitosos en la región Andina, relevantes al manejo sostenible de los bosques andinos.
Con el objetivo de dar a conocer, por medio del caso de éxito de Perú, los Mecanismos de retribución por servicios ecosistémicos hídricos (MERESEH) implementados, analizando las contribuciones de los fondos a nivel local, regional, nacional en el tema social, económico y ambiental de los MERESEH, el próximo 27 de noviembre, se llevará a cabo el VII Evento Finanzas del Clima 2020.
Helvetas Perú será parte del mismo, presentando la experiencia del Programa Bosques Andinos con el fin de generar el diálogo en torno a las alternativas de financiamiento que involucre actores del sector público y privado; la promoción el desarrollo de fondos de agua involucrando a las empresas de servicios de saneamiento; así como, en la promoción del dialogo entre comunidades campesinas y empresas de servicios de saneamiento, para implementación de MERESEH, bajo el esquema de contratos con las comunidades.
Las y los esperamos de 9.50a, a 10.30am en este evento virtual, que compartiremos con Patricia Bejarano, Coordinadora Nacional del Proyecto GEF de Adaptación en Páramos de Conservación Internacional. De nuestro equipo, estarán presentes:
El día 20 de noviembre la Red Latinoamericana de Bosques Modelo inauguró el congreso virtual “Plataformas de Gobernanza Territorial ante la Crisis Global”, evento que cuenta con la participación activa del Programa Bosques Andinos. Esta instancia de libre acceso, que busca resaltar a las y los protagonistas de la gobernanza territorial en la América Latina, así como las estrategias para abordar los desafíos de la gestión de los recursos naturales, en un contexto social, económico, y cultural dinámico, que son requeridas para afrontar los desafíos de Cambio Climático, Restauración del Paisaje, Objetivos de Desarrollo Sostenible, crisis del COVID-19, entre otros.
El congreso consta de cuatro sesiones en línea, en las que estarán disponibles al público general más de 50 ponencias en formato de video, correspondientes a experiencias presentadas por especialistas de 15 diferentes países de América Latina y el Caribe.
1. Cambios en el carbono forestal almacenado entre 1991 y 2017 en la Mancomunidad Saywite – Choquequirao – Ampay, Perú | 20 de noviembre
Roberto Kometter y Simone Gottardi
2. Análisis de roles, conocimientos y preferencias con enfoque de género en dos paisajes forestales de la Amazonía y Andes peruanos
20 de noviembre | Natalia Ruiz-Guevara
3. Manejo del paisaje forestal andino en Kiuñalla: experiencias desde el Programa Bosques Andinos
27 de noviembre | Augusto Ramírez y Roberto Kometter
4. Recursos virtuales para el aprendizaje y difusión del conocimiento de bosques: la experiencia del Programa Bosques Andinos
27 de noviembre | Musuq Briceño
Además, se realizarán dos paneles en vivo, que contarán con la presencia de especialistas de distintos países, entre los cuales están nuestras colegas Natalia Ruiz-Guevara (Helvetas Perú) y Geovanna Lasso (CONDESAN)
* Inscripciones a eventos en vivo: https://forms.gle/x4nq899DZLWFeNrS9
* Al finalizar el congreso, se publicará una memoria, con todos los resúmenes que fueron aprobados por el comité científico.
Una alianza entre el Ministerio de Educación (Distrito 17D-01), la Mancomunidad del Chocó Andino (MCA) y CONDESAN, a través del Programa Bosques Andinos[1], permitió desarrollar una primera fase de capacitación sobre los procesos de sostenibilidad que se llevan a cabo en el territorio. Se incluyó a 200 docentes y autoridades de las Unidades Educativas, líderes pedagógicos y personal ministerial de las parroquias de: Nanegalito, Nanegal, Gualea, Pacto, San José de Minas, Calacalí y Nono. Se realizaron 2 sesiones en donde 2 expertas temáticas expusieron las propuestas generadas localmente e interactuaron con los participantes. El objetivo es aportar a la comprensión de estos procesos para integrarlos a las actividades de docencia en los centros de educación pública del territorio.
La primera sesión (6 de noviembre de 2020) abordó el tema Prácticas Sostenibles y Regenerativas y estuvo a cargo de Paulina Lasso, experta en permacultura y propietaria del Bosque Escuela Yakunina en la localidad de Mashpi. Se abordaron conceptos clave como planificación integral, prácticas sostenibles, agricultura regenerativa, sistemas diversificados, entre otros. Posteriormente, integrando estos conceptos, compartió su experiencia personal en la transformación de su finca que, a su llegada hace pocos años, se trataba de un monocultivo de palmito que se había manejado previamente con prácticas convencionales no sostenibles.
Resaltó que el Chocó Andino, se configura como un escenario en transición de comunidades y fincas hacia el camino de la sostenibilidad y agregó que más allá de las prácticas productivas, es necesario integrar otras áreas complementarias como la educación, la cultura, la salud y el gobierno comunitario, entre otros. Los docentes manifestaron su interés por incluir esos temas en sus unidades educativas y solicitaron al Distrito se faciliten visitas a las diversas iniciativas que trabajan este tipo de prácticas en el territorio.
La segunda sesión (13 de noviembre de 2020) trató la temática Circuitos Cortos de Comercialización vinculados a sistemas productivos sostenibles y fue impartida por Claudia Rivera, Ingeniera Agrónoma especialista en desarrollo económico local y sistemas alimentarios sustentables y propietaria del restaurante The Food Studio en Mindo. El curso abordó diferentes sistemas productivos y prácticas de producción sostenibles, los sistemas alimentarios locales, el consumo responsable, su incidencia en la salud y los primeros pasos para construir circuitos de comercialización justos y solidarios en el territorio. Además, cómo esto aporta al reto para conseguir paisajes sostenibles en el Chocó Andino, fortaleciendo a la vez relaciones positivas campo – ciudad.
Las reflexiones de los participantes giraron en torno a la necesidad de que niños y jóvenes del territorio conozcan sobre cómo se producen alimentos de manera sostenible, para valorar el trabajo del agricultor, saber cómo tratar a la tierra y fomentar el consumo local. Al final de la charla Claudia respondió varias dudas de los participantes y puso a disposición recursos adicionales de utilidad para los maestros.
Tanto los docentes, directores y funcionarios manifestaron su satisfacción con la actividad, los contenidos e instructores. Cabe recalcar que, como complemento, se puso a disposición de los profesores un repositorio de materiales con el contenido ampliado de las capacitaciones, incluyendo recursos audiovisuales de apoyo y materiales relacionados que han sido producidos por CONDESAN y sus socios a lo largo de su trabajo en el territorio. A inicios de 2021, se ejecutará una segunda fase de la capacitación que abordará temas de restauración forestal, manejo de paisaje e iniciativas de co-manejo para la conservación. Se espera que esta actividad sea el inicio de una colaboración de largo plazo que permita poner al servicio de la educación, los aprendizajes obtenidos de la colaboración de CONDESAN con la MCA en más de 5 años de trabajo colaborativo.
[1] El Programa Bosques Andinos es una iniciativa implementada en los países andinos, que forma parte del Programa Global de Cambio Climático y Medio Ambiente de la Cooperación Suiza COSUDE, y es facilitado por el consorcio Helvetas Perú – CONDESAN.
Por: Roberto Kometter Mogrovejo
La comunidad campesina San Ignacio de Kiuñalla está ubicada en el distrito de Huanipaca, provincia de Abancay, región de Apurímac (Figura 1). Dista 86 km de la ciudad de Abancay, a 2970 msnm, entre cañones formados en el recorrido por el río Apurímac. Al frente se encuentra el complejo arqueológico Inca Choquequirao, en la región Cusco (Sabogal et al 2019).
La comunidad alberga una población de 1250 habitantes (276 familias) sobre una superficie de 6,631.25 ha (R.D. 025-83-DR-XIX-A, del 21/03/1983). La temperatura promedio anual en Kiuñalla es de 14.1°C, con una precipitación anual de 949 mm, distribuida en dos periodos: lluvioso (de diciembre a mayo) y seco (de junio a noviembre), y es en la época seca en la que se presentan problemas de sequía y déficit hídrico para la vegetación (Landolt y Kometter 2018, Guerrero 2019).
A partir del año 2010, la comunidad inició la discusión sobre la necesidad de tomar acciones frente a la contaminación de las fuentes de agua, el avance de las zonas de cultivo dentro del bosque y la necesidad de preservar el paisaje con miras a emprender actividades de ecoturismo, mejoramiento de la productividad de cultivos locales y actividades fuera de la agricultura, entre otras. Sin embargo, solamente en 2012 se tomó la decisión en asamblea comunal de proteger el bosque y emprender acciones de restauración de las zonas de bosque (Cabrera 2017).
Para cumplir con la decisión de la comunidad de conservar y restaurar sus bosques para mejorar el servicio ecosistémico hídrico, con las instituciones de apoyo, la comunidad de manera participativa, programó un plan de actividades, dentro de las cuales se puede evidenciar la interacción de la ciencia básica y aplicada, con la ciencia y saber campesino.
El “método campesino para generar conocimiento” está vigente en las comunidades rurales, y a lo largo del tiempo ha generado sistemas productivos, tecnologías agrícolas y materiales genéticos que son una alternativa para los actuales problemas alimentarios y de conservación de recursos. Este método parte de supuestos diferentes a los de la ciencia y se orienta en función de resultados utilitarios para tomar decisiones locales de manejo de recursos y producción (Alemán 2015) .
El conocimiento campesino también es conocimiento científico, porque ha demostrado, a lo largo de la historia, su utilidad y funcionamiento. La finalidad de la producción moderna es la ganancia; en cambio, en la producción campesina es la satisfacción de las necesidades. Por eso el campesino tiene la estrategia, altamente racional, de diversificar sus actividades económicas y su producción agrícola. Las formas de aprender del campesino son: a través de la observación, de la transmisión de secretos y de la imitación, pero siempre experimentando. La generación de conocimiento es un fenómeno social. En la lógica campesina, de satisfacción de necesidades, no hay competencia entre unidades productivas. El conocimiento no se guarda ni se protege, más bien se comparte (Schmelkes 2006) .
El plan de actividades programado por la comunidad se inicia con el establecimiento de una línea de base, que, utilizando la ciencia aplicada de la evaluación de bosques, a través de varias técnicas y herramientas desarrolladas en la ciencia básica de la biología, se caracterizó los bosques de la comunidad antes de iniciarse las acciones para conservar y restaurar los bosques, de tal forma de identificar los efectos de estas acciones en el desarrollo del bosque. La línea de base también utiliza las ciencias social y económica para caracterizar a su población y sus actividades.
Los expertos que visitan la comunidad para obtener la información para elaborar la línea de base, recorren la comunidad con un grupo de pobladores (hombres y mujeres) especialmente seleccionados por sus conocimientos sobre diversos temas de la comunidad. Estos conocimientos son transmitidos a los expertos, quienes los ordenan y procesan de acuerdo a los requerimientos de la línea de base. De tal forma que la línea de base es el amalgamiento de la ciencia y saber campesino con la ciencia básica y aplicada.
Para elaborar la línea de base, expertos recorren la comunidad con un grupo de pobladores (hombres y mujeres) seleccionados por la Asamblea Comunal por sus conocimientos sobre diversos temas de la comunidad, que son transmitidos a los expertos, quienes los ordenan y procesan amalgamando la ciencia y saber campesino con la ciencia básica y aplicada.
Para definir la línea de base se ha desarrollado varios estudios: (1) Estudio de flora, para lo cual se han establecido parcelas permanentes de monitoreo, (2) Estudio de fauna y (3) Estudio socioeconómico. En estos estudios se integró la ciencia y conocimiento campesino con la ciencia básica y aplicada. En el estudio de flora se identificó que las especies más importantes en el área, por su Índice de Valor de Importancia (IVI) (abundancia, frecuencia y dominancia) son: “upa ccalato” (Badilloa sphagnophila), “unka” (Myrcianthes oreophila), “palta palta” (Ocotea multinervis), “panti” (Viburnum aff. Reticulatum) y “yanale” (Critoniopsis pycnantha). La población manifiesta que las especies más importantes para la capción de agua son: Lambras (Alnus acuminata), Layán (Sambucus nigra), Pisonay (Erythrina falcata), Chamchi (Weinmania sp.), Quisa quisa (Phenax sp.), Yareta (Smallanthus parviceps) y Yoroma (Morella pubescens).
El caso de la fauna, las especies más abundantes son: Zorro Andino (Lycalopex culpaeus), Coatí Andino (Nasuella olivácea), Rana marsupial (Gastrotheca marsupiata), “Lagartija sucullucu” (Proctoporus sucullucu), Gorrión de Collar Rufo (Zonotrichia capensis), Semillero Simple (Catamenia inornata), Jilguero Encapuchado (Spinus magellanicus), Vencejo de Collar Blanco (Streptoprocne zonaris), Vencejo Andino (Aeronautes andecolus) .
El bosque andino es un recurso con alto valor para la comunidad, por la captación y regulación del recurso hídrico. Por esta razón, se han establecido acuerdos comunitarios que prohíben la deforestación de los bosques remanentes dentro del territorio comunal.
El principal medio de vida es el cultivo de papa, luego el maíz y la ganadería.
En relación al capital humano, en la comunidad sólo se puede acceder a educación primaria, para el nivel secundario tienen que ir a la capital del distrito de Huanipaca. El 55% de mujeres y 63% de varones han completado el nivel secundario. En relación a la educación no formal, más del 50% ha recibido capacitación en temas de bosques y buenas prácticas de cultivos. Los servicios de salud en la comunidad son de nivel básico, para casos de mayor nivel o emergencias deben ir a la ciudad de Abancay.
Las organizaciones activas son: el Comité de Vaso de Leche, la Asociación de padres de familia (APAFA), el Club de madres y el Comité de regantes. No hay organizaciones a nivel productivo.
En cuanto a infraestructura, el 100% cuenta con servicio de electricidad y acceso a agua entubada. El 90% de las viviendas están construidas en base a abobe y el restante en base a material noble. La comunidad cuenta con infraestructura para educación inicial y escuela primaria. El 95% posee herramientas necesarias para sus actividades agropecuarias .
Utilizando el método etnográfico, dentro de la investigación cualitativa, a través de la convivencia dentro de la comunidad, los pobladores transmitieron sus conocimientos en diversas temáticas sobre sus bosques, que fueron sistematizados, demostrando que los pobladores de la comunidad tienen conocimientos sobre la biodiversidad de sus bosques y sobre el uso que les dan a las especies arbóreas. Igualmente tienen conocimientos sobre la regeneración natural de los bosques, en cuento a polinización de flores, fructificación y dispersores de semillas, germinación, desarrollo de las plántulas, así como de la capacidad de rebrote y las formas de propagación asistida y establecimiento de especies nativas. En relación a los incendios, tienen conocimiento sobre el comportamiento de las especies de árboles ante el fuego, cuáles son especies arbóreas resistentes al fuego y cuáles son fáciles de quemarse y sobre la capacidad de rebrote después del fuego. Los saberes comunales se relacionan también a percepciones sobre cambios en el clima y en la provisión de los servicios ecosistémicos, conocen indicadores naturales sobre el tiempo y el clima .
Sobre la base de la información de línea de base, de los saberes comunales sobre sus bosques y la orientación y enfoque que la propia comunidad ha decidido darle a la restauración, se ha elaborado de manera participativa el Plan de Restauración de los bosques de la comunidad de Kiuñalla. El plan contempla la selección de especies clave para la restauración, entre las que destacan: Unca (Myrcianthes oreophila), Chachacomo (Escallonia resinosa), Ccalato (Verbesina ochroleucotricha), Lambras o Aliso (Alnus acuminata) y Puka piskay (Prunus huantensis). Las estrategias de restauración seleccionadas son: (1) Exclusión, en zonas con bosque en estado sucesional avanzado; (2) Enriquecimiento en claros y regeneración natural asistida, en zonas con bosque en estado sucesional temprano; (3) Tratamiento de suelo, remoción de especies dominantes, núcleos de alta densidad e instalación de perchas artificiales, en zonas con vegetación en estado sucesional inicial o matorralizadas. Dentro del Plan también se incluye la propagación de material vegetativo para los tratamientos de restauración a través de viveros. El mantenimiento hasta el año 3 y el monitoreo hasta el año 20. El plan también considera el control de incendios .
Siendo el objetivo de la restauración, mejorar el flujo hídrico, se estableció un sistema de monitoreo para determinar el efecto de la restauración sobre este flujo, que consiste de pluviómetros y vertedero. Para la ubicación de este sistema, se integró los conocimientos de los expertos con la de los pobladores, utilizando las técnicas de la ciencia aplicada de la hidrometeorología. Para el seguimiento de los cambios en el flujo hídrico se ha elaborado un plan de monitoreo, y se realizan las mediciones sistemáticamente de manera conjunta entre expertos y pobladores, aunando sus conocimientos.
A través de técnicas de la ciencias de la economía, biología y ecología, en donde se integran los conocimientos logrados por la ciencia y saber campesino, con la finalidad de visualizar el equivalente monetario del aporte de los servicios ecosistémicos del paisaje forestal andino en la economía de la comunidad, se ha desarrollado la valorización económica de estos servicios ecosistémicos en la comunidad de Kiuñalla, lo que se desarrolló de forma participativa y demostró que existe una amplia variedad en el flujo de bienes y servicios que beneficia a la comunidad y le agrega valor al paisaje en restauración. El trabajo se realizó también a través de la convivencia dentro de la comunidad y donde los pobladores brindaron sus conocimientos para que una experta realice la valorización.
Los resultados demuestran que los comuneros priorizan el agua (para riego y consumo), leña, miel de abejas, forraje, belleza escénica, plantas medicinales, frutos, madera, fibras, entre otros. Estos bienes y servicios fueron valorizados a través de varios métodos (mercado, costos evitados, costo de oportunidad, entre otros), demostrando que el bosque en restauración aporta a la comunidad US$ 123,000/año. El agua para riego y para consumo, aporta US$ 79,893/año, 64% del total y en el caso de los productos forestales no maderables es de US$ 16,781, 21% del total, (Landolt y Kometter 2018 ).
La valorización monetaria de los servicios ecosistémicos ha mostrado a los comuneros el monto monetario que los SE aporta a la comunidad, es decir lo que la comunidad deja de gastar por el hecho de disponer de esos SE, esto ha fortalecido la decisión de la comunidad de restaurar sus bosques degradados, lo que aumenta el flujo hídrico y la captura de carbono.
Igualmente aplicando técnicas de la ciencia económica, donde se integran los conocimientos campesinos, se analizó las posibilidades de sostenibilidad de la restauración en Kiuñalla, concluyéndose que esta debiera sustentarse en el adecuado planteamiento de alternativas económicas, dentro de una perspectiva de gestión del paisaje de bosques andinos, que evidencien los beneficios de la restauración para los pobladores, aborden los patrones de deforestación y degradación del bosque nativo y del paisaje en su totalidad, y que, a la vez, consideren las necesidades socioeconómicas de los pobladores de Kiuñalla (p.ej. ingresos, seguridad alimentaria, uso de tiempo en labores, etc.) (Guerrero 2019).
El estudio (Guerrero 2019) analizó y propuso lineamientos de diferentes alternativas económicas que desincentiven la deforestación y degradación del paisaje de los bosques andinos en Kiuñalla y que a su vez contribuyan con la sostenibilidad de la iniciativa de restauración. Se seleccionaron tres alternativas económicas: 1) Ecoturismo; 2) Mecanismos para la mejora de la productividad agrícola y conservación del suelo asociado al cultivo de la papa (u otros cultivos locales); y 3) Esquema de retribución por servicio ecosistémico: Parcelas en descanso, o adopción de prácticas de conservación para la restauración de suelos, o recuperación de agrobiodiversidad.
A través de técnicas de las ciencias sociales y económicas, en este ejercicio que involucró a los varios actores de la iniciativa, que identifican como logros (Cabrera 2017):
El involucramiento activo de actores nacionales a distinto nivel, como la autoridad forestal nacional, SERFOR, que participó en la preparación del plan de restauración y en charlas técnicas a los miembros de la comunidad. La Municipalidad de Huanipaca, que ha incluido entre sus actividades la restauración de bosques inspirado en el caso de Kiuñalla. A nivel de la comunidad, las distintas faenas para implementar el plan de restauración visibilizan el interés e importancia de sus miembros para restaurar sus bosques. Construcción de una q´ocha para mejorar dotación de agua a lo largo del año por medio del escurrimiento hacia aguas abajo en la cuenca. También la comunidad ha participado en la producción de plantas y plantones de árboles y frutales (enfundado, repique, mantenimiento, riego), a pesar de las múltiples necesidades básicas insatisfechas observadas, como la falta de agua potable, la falta de un sistema de letrinización o alcantarillado, la falta de oportunidades de empleo local, las dificultades con los precios de los productos agrícolas de la zona, etc. (Sabogal et al 2019).
Los beneficios esperados del plan de restauración están relacionados directamente con las aspiraciones de la comunidad al momento de plantear un plan de este tipo en el año 2012, es decir: la necesidad de contar con agua más limpia, la posibilidad de mantener los recursos forestales para las futuras generaciones y la oportunidad de contar con un paisaje atractivo para una potencial iniciativa de turismo comunitario. (Sabogal et al 2019).
El plan de restauración no cuenta con el respaldo de todos los miembros de la comunidad, como era de esperarse. Las principales razones para esto son: (i) la falta de entendimiento sobre los beneficios de restaurar los bosques; (ii) la afectación de algunas familias que aspiran extender sus áreas de cultivos dentro del bosques o en las zonas que se han decidido restaurar, que se encuentran contiguas al bosque; (iii) algunas familias cuentan con ganado vacuno y el cercado de las áreas boscosas les impide llevar su ganado a tomar agua y a pastorear en los claros de bosque. (Sabogal et al 2019).
Habiéndose iniciado en el 2016, al cabo de tres años de implementación efectiva y con la aplicación de una serie de ciencias básicas y aplicadas, así como la ciencia y el saber campesino, se tienen algunos resultados intermedios (Kometter et al. 2018) (Sabogal et al 2019):
Asimismo, con un enfoque de gestión adaptativa para el aprendizaje, se han realizado diversos estudios para generar informaciones que ayuden en la toma de decisiones:
Se han diseñado dos tipos de monitoreo: de la restauración forestal y el eco-hidrológico.
El monitoreo de la restauración forestal se centra en la reforestación y forestación con especies nativas, evaluando variables como supervivencia, diámetro a la altura del pecho (Dap), regeneración natural (abundancia de brinzales y latizales) y diversidad florística (composición florística, tipificando las especies según su rasgo funcional y caracterizando mediante índices de diversidad). Este monitoreo es de tipo participativo a cargo del Comité de Gestión del Bosque de la comunidad, con apoyo de CEDES y el SERFOR. (Sabogal et al 2019).
El monitoreo eco-hidrológico busca evaluar los cambios en la vegetación y el flujo y regulación hídrica, para lo cual se han instalado neblinómetros. Con este equipo se quiere conocer el comportamiento hidrológico de las cabeceras de recarga hídrica y la capacidad de almacenamiento de agua de neblina (o precipitación horizontal. Además, se miden la precipitación y el caudal para determinar si con las intervenciones de restauración en las cabeceras de recarga hídrica y en los bosques tienen resultados y mejoran el flujo hídrico. (Sabogal et al 2019).
De acuerdo a Ramírez y Kometter 2020, la experiencia de restauración del paisaje forestal en la comunidad de Kiuñalla involucra actores clave tales como la población de la comunidad representada a través de su Junta Directiva, la Asociación de Padres de FAMILIA, organizaciones de jóvenes, mujeres y apicultores. Además de CEDES y el PBA (representado por HELVETAS en Perú), colaboran con la experiencia la municipalidad distrital de Huanipaca, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas, el Gobierno Regional de Apurímac y la plataforma REGENERA. Se establecieron mecanismos de diálogo y coordinación, que aportan a construir gobernanza multinivel.
A nivel comunitario, se estableció que las acciones para el manejo de bosques andinos se tratarían en las asambleas comunales el primer viernes de cada mes, siendo este el espacio para la toma de decisiones sobre el paisaje entre las familias de la comunidad y sus autoridades. En el proceso se fortaleció la estructura comunitaria con la aprobación de su estatuto y la formulación de su Plan de Vida y además se conformaron un comité de conservación y una brigada contra incendios, como órganos especializados. Las acciones a nivel comunitario son visibilizadas en el nivel nacional en la Comisión Ambiental Regional de Apurímac, el grupo técnico de biodiversidad y la mesa técnica de agricultura familiar, espacios en los cuales participan distintos actores clave y en los que a su vez se gestan colaboraciones y se articulan esfuerzos.
Recientemente, uno de los principales desafíos enfrentados por los actores clave de la experiencia son las limitaciones debidas a la pandemia del COVID-19, que limitaron el desarrollo de faenas de campo (restauración, producción en vivero, monitoreo hidrológico, mantenimiento en las zonas de recarga hídrica) a lo que se sumó el deterioro de los materiales (cerca de seguridad) en las áreas de protección y el insuficiente equipamiento básico requerido para brigadistas cuando empezó la temporada de incendios forestales.
Además, la emergencia sanitaria motivó el cambio de prioridades en la agenda de trabajo durante el año 2020 y obligó a la aplicación de la ciencia aplicada de la epidemiología, a partir de lo cual se conformaron cercos epidemiológicos (cerrar el acceso libre a la comunidad), el registro local de ingreso y salida de personas de la comunidad, la vigilancia ciudadana de familias retornantes (cuarentena), la implementación de medidas de bioseguridad (equipamiento y distanciamiento social) y campañas de comunicación en la radio local. En especial, las acciones apoyaron el soporte al principal medio de vida de la comunidad – la agricultura-, mediante coordinaciones para el acceso de la comunidad a la venta de productos en los mercados itinerantes organizados por las autoridades subnacionales. También se apoyó a familias para la producción de alimentos a nivel local (provisión de semillas y almácigos de hortalizas), actividad que tuvo una participación prioritaria de mujeres de las familias involucradas. Estas acciones se realizaron de manera coordinada con el gobiernos local y regional.
En el futuro, se tiene como próximos pasos consolidar la experiencia vivida para garantizar su sostenibilidad. Para ello se espera la creación de un área de conservación comunal, el fortalecimiento de la infraestructura del vivero comunal, la continuidad de las capacitaciones y equipamiento de las brigadas comunales contra incendios, la continuidad del monitoreo participativo de las actividades de restauración y monitoreo eco-hidrológico, la visbilización de saberes locales en torno al bosque andino y la promoción de alternativas económicas vinculadas al bosque, tales como la apicultura, agricultura familiar, la puesta en valor del patrimonio histórico y potencial ecoturístico y la integración del paisaje de Kiuñalla a una propuesta de conformación de un Bosque Modelo en Apurímac.
[En Inglés] Por: Carla Sabrina Madueño Florian
Universidad de Bayreuth, Alemania
19 de julio, 2019
Las evaluaciones económicas de los servicios ecosistémico (SE) han monetizado tradicionalmente las contribuciones ambientales al bienestar humano, descuidando, sin embargo, los múltiples valores inconmensurables e intangibles que las personas atribuyen a la naturaleza.
La cuenca del río Mariño, situada en Apurímac (Perú), es un sistema socio-ecológico complejo y un sitio de estudio, donde los ecosistemas andinos relictos proveen SE vitales para los usuarios rurales aguas arriba y urbanos aguas abajo. La actual degradación antropogénica del ecosistema y los efectos del cambio climático han despertado el interés local por las estrategias de conservación de los servicios ambientales en la cuenca. Las estrategias han dado prioridad a las preocupaciones ambientales de los residentes urbanos sobre los rurales. Estos últimos, situados en la cuenca alta, desempeñan un papel fundamental en la gestión de los ecosistemas relictos y dependen en gran medida de su mantenimiento, habida cuenta, de sus medios de subsistencia.
La pobreza monetaria de las comunidades rurales y la necesidad de hacer visibles sus valores y preocupaciones ambientales en la toma de decisiones de base urbana configuran un contexto ideal para realizar una valoración social no monetaria de los SE. El objetivo de este estudio es identificar los servicios ambientales y las amenazas más importantes según los residentes rurales, utilizando métodos de encuesta novedosos para el contexto de hablantes del idioma Quechua. Los valores sociales obtenidos (importancia relativa) muestran que el suministro de agua, la regulación del ciclo del agua y el valor intergeneracional de la naturaleza son los servicios ambientales más importantes según el 65 %, 31 % y 24 % de los entrevistados, respectivamente. Los incendios de matorrales, además, son los que más preocupan a la sociedad, según el 31% de los participantes. Las limitaciones reportadas de los instrumentos metodológicos al encuestar a los quechua-hablantes exponen el constante choque epistemológico que implica articular los puntos de vista andinos sobre la naturaleza con herramientas de valoración arraigadas en la ciencia occidental.
Este estudio exploratorio-descriptivo de valoración social proporciona las primeras percepciones de la investigación transdisciplinaria de los servicios ecosistémicos en el contexto andino, así como, aprovecha los valores locales en contextos de marginación social histórica. La investigación futura se aventurará en el diálogo entre occidente y los Andes.