Un grupo de investigadores trabajando bajo el paraguas del Programa Bosques Andinos[1] publicó el artículo “Evaluación de los impactos de un programa de pequeñas subvenciones en el desarrollo sostenible y la conservación de la biodiversidad en paisajes de bosques andinos” en la revista Mountain Research Development. El estudio documenta la implementación del programa de becas del PBA que se realizó en dos rondas de financiamiento en 2016 y 2017, otorgando un total de $136.000 para 15 becas de entre $4.000 y $12.000. Las investigaciones se centraron en cuatro áreas temáticas: biodiversidad y ecología, restauración forestal, manejo sostenible de paisajes forestales, y política medioambiental; siendo priorizados para las subvenciones los proyectos que tomaban en cuenta más de un área.

El estudio de evaluación del programa de becas se enfocó en tres aspectos del proceso: 1) generación de conocimiento, 2) vinculación comunitaria y comunicación social y 3) tipos de actores involucrados. Se utilizó el concepto de adicionalidad para evaluar tres variables diferentes: 1) si la subvención facilitó investigación que de otro modo no se hubiera llevado a cabo, 2) si aportó a la capacidad de investigación y la producción científica en la región; y, 3) si el financiamiento facilitó cambios reales en terreno, para avanzar en la misión del PBA, la ARBA[2], los ODS y las metas Aichi. Para ello, se revisó el proceso de solicitud y los proyectos financiados. Además, se realizaron encuestas en línea a todos los becarios.

En el programa de becas se presentaron 180 propuestas. De ellas, 151 se referían a estudios de síntesis propuestos por profesionales y 29 eran investigaciones de posgrado. Sus postulantes fueron mayoritariamente hombres, obteniendo al final las subvenciones 5 mujeres y 11 hombres. Los proyectos se enfocaron en las ciencias naturales principalmente y solo el 20% tuvieron un enfoque interdisciplinario o a las ciencias sociales como foco principal. Las investigaciones se condujeron en 6 países y las temáticas se centraron en Biodiversidad/Conservación, Ecosistemas y Cambio climático como temas principales y, en Biodiversidad/Conservación y Sistemas sociales como temas secundarios. El programa de becas fue efectivo para la generación de conocimiento sistémico sobre los impactos del cambio ambiental global sobre los bosques andinos, contribuyendo también a aumentar la conciencia pública sobre la necesidad de conservación de la biodiversidad de los bosques andinos.  A su vez, el programa aportó a la producción de conocimiento científico, a mejorar la capacidad de investigación y promover objetivos regionales e internacionales de conservación de la biodiversidad y desarrollo sostenible.

Como lecciones aprendidas, se recomienda incluir en los proyectos financiados, actividades enfocadas en efectos transformativos a nivel local y regional. Esto implica, como mínimo, la traducción de los resultados de la investigación a un formato relevante para la toma de decisiones en todos los niveles de gobernanza. Adicionalmente, es necesario poner énfasis en la equidad de género, así como impulsar comunidades regionales de investigación y práctica. Por último, se recomienda tomar en cuenta la adicionalidad como metodología de evaluación en futuros programas.

Para el PBA ha sido fundamental realizar esta evaluación sistemática del conocimiento generado y los efectos asociados al programa de becas. En el balance, se demuestra la importancia de este tipo de herramientas para avanzar en las agendas de la conservación y gestión sostenible de los bosques andinos a través del fortalecimiento de capacidades de generación de conocimiento científico en los países de la región.

[1] El Programa Bosques Andinos (PBA) es una iniciativa implementada en los países andinos, que forma parte del Programa Global de Cambio Climático y Medio Ambiente de la Cooperación Suiza COSUDE, y es facilitado por el consorcio Helvetas Perú – CONDESAN.
[2] Agenda Regional de Bosques Andinos

El pasado 9 de diciembre de 2020, en el contexto del Día Internacional de las Montañas, cerca de cuarenta participantes – entre tomadores de decisión, expertos internacionales y líderes de la sociedad civil – se sumaron al Conversatorio virtual “Políticas de Cambio Climático (CC) y las Estrategias de Adaptación en los Andes: una mirada multisectorial desde las montañas”. El evento fue organizado por CONDESAN en el marco de un proceso de síntesis regional para actualizar el estado del arte del marco normativo y de políticas de CC en los países andinos, que se realiza con el apoyo del Programa Bosques Andinos y el Programa de Adaptación en las Alturas, financiados por COSUDE.

Durante el primer bloque del evento, Emilie Dupuits, consultora de CONDESAN, presentó en primer lugar un análisis sobre los modelos de gobernanza de plataformas regionales existentes para el desarrollo sostenible de socio-ecosistemas de montaña a nivel internacional. Destacó las lecciones claves de las experiencias de integración regional en diferentes regiones montañosas del mundo, acerca de los niveles de formalidad de las plataformas, el rol de la sociedad civil y las entidades científicas en su sostenibilidad, las experiencias de articulación con los niveles de gobierno a escala sub-nacional y la inclusión del enfoque de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE).  En segundo lugar, presentó los avances del estudio regional sobre políticas de adaptación al cambio climático en los Andes que viene adelantando. Comentó los resultados de la encuesta a tomadores de decisión y expertos de la región realizada en el mes de noviembre 2020, señalando que la misma ha permitido identificar como clave una serie de temas destacando la necesidad de: una mayor articulación inter-institucional e inter-sectorial; una mayor institucionalización de los saberes locales y la participación social; una mayor integración y reconocimiento explícito de las montañas en las políticas de CC en la región; y la necesidad de fortalecimiento de los mecanismos de monitoreo socio-ambiental de largo-plazo.

El conversatorio continuó con un panel de discusión en plenaria que inició Karina Salinas[1], quien dio insumos sobre el estado de la integración de los socio-ecosistemas Andinos en las políticas de CC en la región y mencionó la necesidad de adoptar una mirada transversal para la inclusión de los mecanismos de AbE en las políticas nacionales. Según Karina, “existe un interés creciente de la comunidad internacional acerca del rol de los páramos en la adaptación al CC”. María Teresa Becerra[2], aportó sobre los retos para la articulación intersectorial en torno a la adaptación: diseñar instrumentos de política para facilitarlo, fortalecer la integración del enfoque de paisajes sostenibles, implementar incentivos de mercado y brindar asistencia técnica integrada a nivel local. Explicó también que se debe “mejorar el acceso al conocimiento sobre los impactos del CC en los sistemas productivos”. Por último, Tito Villarroel[3], reflexionó sobre la importancia de la participación social a través de su experiencia en la construcción de la Ley Municipal para la protección de las zonas de recarga hídrica en el municipio de Totora, provincia de Cochabamba.

Nube de palabras del conversatorio (Mentimeter)

Se trabajaron a cabo 3 mesas temáticas de trabajo:

Mesa 1 “Las montañas como eje transversal en las políticas de cambio climático en la región”

Se identificaron como los principales vacíos: la invisibilidad de las montañas como ecosistema prioritario en la lucha contra el CC, la necesidad de reconocer su dimensión socio-ecológica, la falta de consolidación de los puntos focales de montaña en la región y la necesidad de apuntalar la evidencia científica. A su vez se propusieron como las principales oportunidades la reciente aprobación de la Carta Ambiental Andina para visibilizar el rol de los socio-ecosistemas de montaña en el cumplimiento de los NDC, así como el fortalecer alianzas con universidades y centros de investigación para identificar vacíos de conocimiento.

Mesa 2 “Retos para la articulación intersectorial de la adaptación al cambio climático”.

Se identificaron como los principales vacíos la falta de herramientas de articulación entre políticas sectoriales y entre ciencia y política por carencia de marcos normativos. Como oportunidades, se destacaron la implementación de mecanismos de diálogo a nivel subnacional y de financiamiento a proyectos intersectoriales, así como la sistematización de las experiencias exitosas con apoyo de la academia. Finalmente, una de las principales prioridades propuestas es lograr un enfoque integral y adaptativo tanto en los procesos nacionales de planificación como en los sistemas de extensión rural a nivel territorial.

Resultados de los trabajos en mesas temáticas (Mural)

Mesa 3 “Oportunidades y barreras para la participación social y la institucionalización de los saberes locales”

Los participantes identificaron como mayores vacíos la falta de efectividad y de continuidad de los procesos de participación social. Algunas oportunidades y prioridades propuestas incluyeron la necesidad de generar evidencia científica y procesos de coproducción entre saberes técnicos, científicos y locales, así como la creación de guías a nivel nacional sobre la implementación de procesos participativos que no sean impuestos sino compartidos.

El evento concluyó con el compromiso de los participantes de seguir sumando esfuerzos para la cooperación regional en materia de adaptación al cambio climático (CC). El estudio regional que está siendo desarrollado por CONDESAN, y que se espera terminar en abril de 2021, tendrá como objetivo principal ayudar a consolidar esta hoja de ruta para la acción.

[1] Directora Nacional de Adaptación al CC del Ministerio del Ambiente y Agua del Ecuador
[2] Consultora experta en temas ambientales y de biodiversidad
[3] Coordinador de proyectos en la Fundación AGRECOL Andes, Bolivia

Por: German A. Restrepo Soto – Jardín Botánico de Medellín / Fotos: Nicolás Villaume – Andean Forests

El Valle de Aburrá se encuentra ubicado en la Cordillera Central, se conforma por diez municipios distribuidos a lo largo del río Medellín y cuenta con una extensión de 1.165,5 km2, Medellín (como ciudad núcleo), Barbosa, Girardota, Copacabana, Bello, Envigado, Itagüí, La Estrella, Sabaneta y Caldas. Con elevaciones que van desde los 1.300 msnm en el municipio de Barbosa hasta los 2.800 msnm en el cerro Padre Amaya del municipio de Medellín, y evidencia la variedad climática representativa de los Andes.

Dentro del área metropolitana del Valle de Aburrá se encuentra el bosque urbano que presta directamente servicios ambientales a los ciudadanos. Este tiene varias definiciones, entre las cuales resalta que en el Manual de Silvicultura Urbana para Medellín (Secretaría de Medio Ambiente de Medellín, 2015), se incluyen los individuos solitarios como árboles aislados en el bosque urbano que hacen parte del conjunto de los espacios verdes y de las relaciones que allí se dan. Así, es la matriz que incluye todas las zonas verdes donde se generan las interacciones y funciones ecosistémicas, las cuales por tratarse de un “ecosistema artificial”, son asistidas por las prácticas silviculturales que realizan los administradores de estas zonas verdes.

Los servicios ambientales que presta el bosque urbano son, entre otros, la regulación micro climática, el paisaje, la mitigación de la contaminación atmosférica, la reducción en niveles de ruido, la mitigación de la erosión del suelo, la protección de cuencas hidrográficas, además de alimento y hábitat para fauna silvestre y contribuyen directamente con la salud, la educación, la recreación y la cohesión social de los habitantes de las ciudades (Bolund y Hunhammar, 1999).

La atenuación de la temperatura es quizás uno de los servicios más tangibles del bosque urbano. Cada vez se escucha hablar más de servicios ecosistémicos: hoy los habitantes de las ciudades vienen despertando del letargo provocado por años de derroches ambientales (muchos de ellos de manera inconsciente, ausencia de conocimiento, políticas claras o intereses personales), por lo que el cuidado de la vegetación asociada a las zonas verdes urbanas ingresa al imaginario de los ciudadanos y al discurso social y ambiental.

Por su parte, el Plan Maestro de Espacios Públicos Verdes realizado por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá fue uno de los grandes hitos de la silvicultura urbana, pues en el año 2005 se censaron cada uno de los individuos arbóreos ubicados en la zona urbana de los municipios del Valle de Aburrá y se definieron líneas claras de manejo a partir de un diagnóstico; políticas que incluyeron a la fauna e hicieron referencia a los servicios que el bosque urbano presta a los habitantes de los municipios que lo conforman. Sin embargo, solo hizo referencia a las zonas verdes de carácter público, por lo que la información está subestimada, ya que para efectos de conectividad o prestación de servicios es indistinta la tenencia de los predios y las zonas verdes privadas no fueron censadas.

Los resultados de este plan fueron divulgados ampliamente y acogidas sus propuestas. En consecuencia, algunos de los municipios aunaron esfuerzos para apalancar las políticas e iniciaron las discusiones sobre redes ecológicas, conectividad e individuo arbóreo, no solo por profesionales de la materia, sino por constructores y ciudadanos que le dieron la importancia y cambiaron la manera de ver las zonas verdes y los individuos y/o sistemas que las conformaban.

El anterior es un apartado del artículo: Restrepo Soto, G., 2017. Bosque Urbano – Caso Valle de Aburrá. En: E. Quintero-Vallejo, A. Benavides, N. Moreno and S. González-Caro, ed., Bosques Andinos: Estado actual y retos para su conservación en Antioquia, 1era ed. Medellín, pp.359-370.

Como parte del IV Congreso Macroregional Bosques del Norte del Perú, Helvetas Perú organizó el bloque sobre los Bosques Andinos, el pasado 4 de diciembre, 2020.

Webinar que permitió compartir nuestra experiencia desde Apurímac con el Programa Bosques Andinos de Helvetas Perú, gracias al espacio que nos brindó el Instituto Tecnológico de la Producción. El objetivo fue mostrar las condiciones habilitantes en la región andina para el desarrollo forestal y las oportunidades que se han ido generando para invertir de manera articulada sector privado, público y comunidades.

El Grupo Técnico de Montañas (GTM) del Perú lanzó el pasado lunes 7 de diciembre una campaña de comunicación, que va hasta el 11 de diciembre, Día Internacional de las Montañas (DIM) 2020, bajo el lema «Nuestras montañas: fuente de vida, agua y sabiduría» #LasMontañasMeImportan.

Con el objetivo de sensibilizar a los decisores políticos, actores del desarrollo, academia y sociedad civil en la importancia de las montañas en la conservación de la vida, en la provisión de agua, y centro de culturas milenarias, quienes conservan de saberes y costumbres ancestrales, el Grupo Técnico de Montañas lanzó la campaña Nuestras montañas: fuente de vida, agua y sabiduría, del 7 al 11 de diciembre, fecha central del DIM 2020.

Se trabajó un kit de comunicación, que incluye diferentes gráficas para ser compartidas según se sugiere con los copys para redes sociales, asimismo, se incluyen las artes en caso que alguna institución quiera cambiar la foto a compartir. Se incluyen también otros mensajes clave en caso que se quieran crear descripciones propias para difundir durante estos días. Se dio acceso también a la infografía elaborada por la FAO sobre la biodiversidad de las montañas.

Mensajes Clave

  •  El cambio climático y el crecimiento demográfico y urbano causan cada vez más alteraciones en estos escenarios naturales. Se trata de impactos negativos como pobreza, degradación de los suelos, migración e inseguridad alimentaria. Esto afecta directamente en el bienestar y desarrollo de las regiones montañosas, e indirectamente a las poblaciones de las zonas bajas (La voz de las montañas. COP20 . Pg.78.  2014)
  • La conservación y uso racional del agua supuso una adaptación recíproca entre humanos y naturaleza que permitió la expansión de la agricultura, la preservación de la biodiversidad y la subsistencia en las montañas. Desde las épocas precolombinas, las grandes obras hidráulicas de los antiguos pobladores andinos, los hombres han ideado la forma de manejar el agua con eficiencia (La voz de las montañas. COP20 . Pg.85.  2014)
  • Con más de 120 millones de años, la cordillera de los Andes es la más larga y la segunda más alta del planeta. Tiene aproximadamente 7 500 km de longitud y se extiende de Venezuela a Chile, con una superficie de más de 2,5 millones de km2. Alberga cerca del 45% de toda la población de los países andinos.
  • Los Andes Tropicales poseen 133 ecosistemas distintos gracias a las contrastantes diferencias de altitud, temperatura y precipitación a lo largo de su territorio.
  • En el Perú, los ecosistemas de montaña abarcan más del 40% del territorio nacional, y en este espacio habita al menos un tercio de la población del país (10.7 millones de habitantes), (INAIGEM, 2020).
  • Se ha estimado que en las áreas de influencia de las cordilleras habitan 2´971,974 personas (INEI, 2015). Esto representa el 10% de la población nacional, con un promedio de 18 habitantes por kilómetro cuadrado.
  • Se estima que 1.4 millones de personas viven de la agricultura en los Andes peruanos, y constituyen el 63.9% del total de productores agrícolas del país (MINAM, 2015).
  •  Más de 50 áreas naturales protegidas conservan el ecosistema de montañas del Perú. (SERNANP, 2020)
  •  El 61% de la electricidad en el Perú se produce con agua proveniente de los ecosistemas de montaña de las áreas naturales protegidas. (SERNANP, 2020)
  • Los bofedales peruanos pueden almacenar en sus suelos más de 2100 MgC por hectárea. Mientras una hectárea de selva tropical llega a almacenar sólo 200 a 300 MgC (Chimner et al. 2020).
  • Los más de 16 millones de pobladores que tiene la Costa Peruana, dependen del agua que se captura y drena desde las cabeceras de cuenca andinas (INAIGEM, 2020).
  • Los Andes peruanos son refugio de animales emblemáticos para nuestro país, como el oso de anteojos, el cóndor, el gato de los Andes y la rana gigante del Titicaca, todas en peligro de extinción. Además, es la cuna de la vicuña y el guanaco, la llama y la alpaca, los camélidos sudamericanos tan importantes para nuestros pobladores andinos.
  • En el Perú existen más de 3000 especies de orquídeas, muchas de ellas amenazadas por la extracción ilegal. Lo mismo ocurre con muchas de las plantas medicinales que crecen en los Andes.

Grupo Técnico de Montañas

Helvetas Perú es parte del GTM, gracias al liderazgo del Programa Bosques Andinos, junto con organizaciones de la talla de:

  1. INAIGEM
  2. SERNANP
  3. IGP
  4. SENAMHI
  5. ANA
  6. MINAM
  7. RREE
  8. MINEM
  9. MINAGRI
  10. HELVETAS Perú – Bosques Andinos
  11. CONDESAN
  12. Instituto de Montaña
  13. Centro de Competencias del Agua
  14. CARE – Perú
  15. Naturaleza y Cultura Internacional