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Bosque urbano en el Valle de Aburrá (Antioquia)

  • 04.01.2021
  • Por: German A. Restrepo Soto – Jardín Botánico de Medellín / Fotos: Nicolás Villaume – Andean Forests

    El Valle de Aburrá se encuentra ubicado en la Cordillera Central, se conforma por diez municipios distribuidos a lo largo del río Medellín y cuenta con una extensión de 1.165,5 km2, Medellín (como ciudad núcleo), Barbosa, Girardota, Copacabana, Bello, Envigado, Itagüí, La Estrella, Sabaneta y Caldas. Con elevaciones que van desde los 1.300 msnm en el municipio de Barbosa hasta los 2.800 msnm en el cerro Padre Amaya del municipio de Medellín, y evidencia la variedad climática representativa de los Andes.

    Dentro del área metropolitana del Valle de Aburrá se encuentra el bosque urbano que presta directamente servicios ambientales a los ciudadanos. Este tiene varias definiciones, entre las cuales resalta que en el Manual de Silvicultura Urbana para Medellín (Secretaría de Medio Ambiente de Medellín, 2015), se incluyen los individuos solitarios como árboles aislados en el bosque urbano que hacen parte del conjunto de los espacios verdes y de las relaciones que allí se dan. Así, es la matriz que incluye todas las zonas verdes donde se generan las interacciones y funciones ecosistémicas, las cuales por tratarse de un “ecosistema artificial”, son asistidas por las prácticas silviculturales que realizan los administradores de estas zonas verdes.

    Los servicios ambientales que presta el bosque urbano son, entre otros, la regulación micro climática, el paisaje, la mitigación de la contaminación atmosférica, la reducción en niveles de ruido, la mitigación de la erosión del suelo, la protección de cuencas hidrográficas, además de alimento y hábitat para fauna silvestre y contribuyen directamente con la salud, la educación, la recreación y la cohesión social de los habitantes de las ciudades (Bolund y Hunhammar, 1999).

    La atenuación de la temperatura es quizás uno de los servicios más tangibles del bosque urbano. Cada vez se escucha hablar más de servicios ecosistémicos: hoy los habitantes de las ciudades vienen despertando del letargo provocado por años de derroches ambientales (muchos de ellos de manera inconsciente, ausencia de conocimiento, políticas claras o intereses personales), por lo que el cuidado de la vegetación asociada a las zonas verdes urbanas ingresa al imaginario de los ciudadanos y al discurso social y ambiental.

    Por su parte, el Plan Maestro de Espacios Públicos Verdes realizado por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá fue uno de los grandes hitos de la silvicultura urbana, pues en el año 2005 se censaron cada uno de los individuos arbóreos ubicados en la zona urbana de los municipios del Valle de Aburrá y se definieron líneas claras de manejo a partir de un diagnóstico; políticas que incluyeron a la fauna e hicieron referencia a los servicios que el bosque urbano presta a los habitantes de los municipios que lo conforman. Sin embargo, solo hizo referencia a las zonas verdes de carácter público, por lo que la información está subestimada, ya que para efectos de conectividad o prestación de servicios es indistinta la tenencia de los predios y las zonas verdes privadas no fueron censadas.

    Los resultados de este plan fueron divulgados ampliamente y acogidas sus propuestas. En consecuencia, algunos de los municipios aunaron esfuerzos para apalancar las políticas e iniciaron las discusiones sobre redes ecológicas, conectividad e individuo arbóreo, no solo por profesionales de la materia, sino por constructores y ciudadanos que le dieron la importancia y cambiaron la manera de ver las zonas verdes y los individuos y/o sistemas que las conformaban.

    El anterior es un apartado del artículo: Restrepo Soto, G., 2017. Bosque Urbano – Caso Valle de Aburrá. En: E. Quintero-Vallejo, A. Benavides, N. Moreno and S. González-Caro, ed., Bosques Andinos: Estado actual y retos para su conservación en Antioquia, 1era ed. Medellín, pp.359-370.