El Programa Bosques Andinos (PBA) es una iniciativa de la Agencia de Cooperación para el Desarrollo de Suiza (COSUDE) en el marco de su Programa Global de Cambio Climático y cuya presencia apoyando el desarrollo rural y ambiental en la región andina y Perú data de más de 40 años. El PBA tiene por objetivo general “contribuir a mejorar las capacidades de adaptación y mitigación frente el cambio climático mediante la consolidación y escalamiento de políticas, prácticas, herramientas y esquemas de incentivos exitosos en los Andes relevantes al manejo sostenible de los bosques andinos”.

En términos generales, las dinámicas de deforestación, degradación y fragmentación de bosques andinos están motivadas por inadecuadas prácticas antrópicas en la escala local, principalmente por cambio de uso de suelos forestales, incluyendo el uso inapropiado del fuego que desencadena incendios forestales (PBA, 2014). Esta condición es especialmente importante para los remanentes de bosques altoandinos de Polylepis: la asociación de este tipo de bosques con sitios inaccesibles es principalmente por disturbios humanos, incluyendo el fuego, aunque no se descarta una influencia menor de factores abióticos (Reninson et al, 2018).

De acuerdo con el IPCC (2021), la vulnerabilidad al cambio climático de los ecosistemas andinos aumentará (con un alto grado de confianza) por el incremento de la frecuencia de incendios, especialmente en el Sur del Perú, en Bolivia y Chile. Es por este motivo que los países del sur del continente vienen desarrollando estrategias y acciones de monitoreo, prevención y combate contra los incendios para reducir su impacto en los ecosistemas. En este webinar compartiremos las experiencias de estos tres países y abordaremos los retos y compromisos regionales sobre este tema, incluyendo la experiencia local del PBA en el sitio de aprendizaje Apurímac.

Objetivos

Compartir experiencias nacionales sobre prevención y control de incendios forestales:

Programa

Resumen

Por Natalia Ruiz-Guevara, Helvetas Perú

Los incendios forestales son una amenaza presente y creciente. Los países del sur vienen siendo los más afectados en términos de gravedad e impactos. Y para los bosques andinos, se han convertido en una amenaza importante, sobre todo considerando su condición fragmentada y su distribución en relictos.

El uso de fuego no es algo nuevo. Se dice que es una práctica casi ancestral, aunque hoy Lucía Carhuapoma nos ha recordado que no solo es cuestión de costumbres, sino también de necesidad, y la pandemia no lo ha detenido. Sin embargo, hoy estamos ante un contexto cambiante, que nos obliga a replantear nuestras prácticas.

Hoy Oswaldo Maillard nos ha mostrado como estas tendencias no son recientes, sino que vienen desde hace más de una década en toda la región Suramericana. Hemos visto, por ejemplo, la relación con las temporadas de sequías y como hay áreas que, año tras, año sufren incendios catastróficos.

La relación entre clima e incendios es evidente, pero recordemos, también, que ese contexto cambiante no se trata solo de clima, sino de nuestros nuevos patrones de uso de suelo, ocupación y distribución del territorio.

Recordemos que son las personas quienes literalmente prenden la mecha. Así como el contexto cambia y la severidad de los incendios aumenta, nuestra capacidad de respuesta debe ser también proporcional.

¿Qué podemos hacer?

Para empezar, entender la gravedad de la situación. El fuego no distingue usos de suelo, no distingue propiedades ni fronteras. Arrasa con campos de cultivo, bosques, áreas protegidas, fauna, infraestructura e, inclusive, el hogar de las personas. Y como lo ha mostrado Jorge Saavedra, esto requiere una profunda comprensión, de las causas y distribución del riesgo, de la naturaleza y comportamiento del fuego, dentro de lo cual el componente social es tan importante como el económico y ambiental.

La prevención sigue siendo la mejor manera de luchar contra los incendios. Monitorear el clima y el propio fuego es ahora más importante que nunca para prevenir, por razones obvias. El uso de la tecnología es ahora más indispensable que nunca. Su operación debe trascender a la comunidad científica e involucrar a la ciudadanía. Esto es fundamental y posible, gracias a las nuevas aplicaciones digitales que la era de la virtualidad nos está trayendo.

El involucramiento de las autoridades locales permite la respuesta temprana, la sensibilización y la organización de la población. La gobernanza local y territorial brinda también una función clave para fijar las reglas de juego, como las prohibiciones y sanciones; pero también, para organizar y gestar iniciativas de prevención y mitigación. Idear acciones adecuadas a cada contexto es sumamente necesario para motivar a decisores, y traer el tema como prioritario en las agendas de trabajo territoriales.

Los grupos de la sociedad civil y no civil, como en el caso de la comunidad de Kiuñalla, las fuerzas militares, como vimos en Bolivia,  y en especial los grupos de bomberos voluntarios, hombres y mujeres, vienen cumpliendo un rol heroico. Hablar del componente humano, nos lleva indefectiblemente a señalar la importancia de brindarles condiciones. El reconocimiento de su trabajo con remuneraciones justas y condiciones laborales apropiadas es aún poco frecuente en nuestros países. La formación de capacidades, la difusión de información; así como, la dotación de equipos y herramientas apropiadas es indispensable, no solo para una mitigación y prevención efectiva; sino para garantizar la seguridad y salud, más aún en las difíciles condiciones geográficas en las que sabemos que se tienen q enfrentar. Augusto Ramírez nos ha recordado que los incendios, lamentablemente, han cobrado muchísimas vidas humanas.

Pero todo lo que hemos señalado requiere recursos, y mientras más gravedad y frecuencia de los incendios, más recursos se requieren. Ello nos lleva a hablar de política que no solo sea consciente, sino congruente con la situación. Oswaldo hoy ha hecho una invocación a que los lineamientos que las autoridades brindan a la población para el manejo de la tierra y de los recursos naturales se basen en esta información científica actualizada y realista, con medidas que desincentiven la quema y los incendios.

Otro tema del que hemos hablado, coincide con los dos intercambios que hemos tenido antes: incentivos, la importancia de idear incentivos que comprendan las necesidades de la población y cierren brechas que al mismo tiempo promuevan la adopción e practicas

Las plataformas y herramientas digitales, como las que nos han mostrado hoy en Bolivia, Perú y Chile, nos han permitido dar un salto tecnológico para contar con información en tiempo real o casi real, que nos permita tomar acción inmediata. También nos permite procesar información histórica, predecir los incendios futuros, realizar el contraste con otra información relevante como infraestructura y servicios, conectarlo a pronósticos climáticos, articular la acción interinstitucional y también, para evaluar la efectividad de las acciones tomadas.

El rol de las autoridades nacionales es fundamental, para escalar las experiencias vividas en la escala local y territorial y también para mirar el panorama en una mayor dimensión. Para asegurar el alineamiento de políticas y herramientas entre las distintas autoridades de escala subnacional y también, por ejemplo, promover la formación de capacidades constante. Pero sobre todo, para revestir de formalidad la toma de acción, por ejemplo, en la organización de las evacuaciones, en la convocatoria a la acción de las distintas instituciones que comparten espacios y coordinan roles en la atención a estos desastres, y prevención de riesgos.

Finalmente, vemos que nuestros bosques, nuestros ecosistemas, se resisten a morir. Luchan por regenerarse y volver a nacer. Nosotros tenemos una deuda, le debemos esa reparación. Distintos esfuerzos desde la sociedad civil y del gobierno intentan recuperar algo de lo perdido. Sin embargo, y tenemos que señalarlo, recuperar estas áreas es costoso, es difícil, es de muy largo plazo y nada nos garantizar que recuperaremos la misma biodiversidad y sus servicios ecosistémicos que ellos nos ofrecen. Prevenir siempre es la respuesta.

El Programa Bosques Andinos (PBA) es una iniciativa de la Agencia de Cooperación para el Desarrollo de Suiza (COSUDE) en el marco de su Programa Global de Cambio Climático y cuya presencia apoyando el desarrollo rural y ambiental en la región andina y Perú data de más de 40 años. El PBA tiene por objetivo general “contribuir a mejorar las capacidades de adaptación y mitigación frente el cambio climático mediante la consolidación y escalamiento de políticas, prácticas, herramientas y esquemas de incentivos exitosos en los Andes relevantes al manejo sostenible de los bosques andinos”.

En los tres sitios de aprendizaje del PBA se desarrollaron experiencias de restauración. En el sitio Antioquia, se ha llegado a contabilizar unas 11 hectáreas de restauración enmarcadas en el sistema de incentivos del BANCO2 de los Valles de Aburrá y San Nicolás. En el sitio Apurímac, el programa ha apoyado a restaurar los bosques de Intimpa (Podocarpus glomeratus) en el área del Santuario Nacional del Ampay; además, de facilitar la instalación de un piloto de restauración ecológica para la recuperación de servicios hídricos en 101 hectáreas de la comunidad de Kiuñalla, mediante técnicas de nucleación y control de especies invasoras. En el sitio Pichincha, se instalaron parcelas demostrativas de buenas prácticas productivas (incluyendo la restauración productiva) en 35 fincas privadas. Además, se han registrado prácticas de restauración en otros 21 predios.

Estas experiencias han brindado evidencias que, tanto la restauración ecológica como productiva, mejoran la eficiencia del uso de suelo, y aumentan la estabilidad en el flujo hídrico, además de recuperar la biodiversidad de los territorios (Kometter, 2018; Cabezas et al 2019; PBA 2021, Baiker, en prep.). Con base en ellas, ha sido posible sistematizar guías que orienten la restauración de paisajes en ecosistemas andino, como la guía “Protocolo de monitoreo de Áreas de Restauración Ecológica en los Bosques Montanos de la cordillera Occidental del Ecuador” (Duarte et al ,2017), el conjunto de módulos de la “Guía para la restauración de bosques montanos tropicales” (distintos autores 2018), los “Lineamientos para la restauración de los ecosistemas forestales y otros ecosistemas de vegetación silvestre” (SERFOR, 2019) y los “Lineamientos metodológicos para iniciativas de restauración de paisajes de bosques andinos” (Vásquez y Kometter, 2019).

Objetivos

  • Compartir experiencias locales de restauración de bosques andinos
    • Compartir lecciones aprendidas.
    • Identificar principales retos (desde la visión local) para su réplica y escalamiento

Programa

Resumen

Por Natalia Ruiz-Guevara, Helvetas Perú

El día de hoy, 23 de septiembre, hemos empezado este encuentro recordando que la restauración es un tema que conecta las distintas escalas de trabajo.

En la lógica territorial, de paisaje, es necesario recordar que los seres humanos tenemos  una historia de muy larga data con el paisaje forestal andino. Así como. la actividad humana ha tenido injerencia en la remanencia actual de  los los andinos, como relictos, como mosaicos. Es preciso resaltar que tenemos una fuerte relación de dependencia de sus servicios ecosistémicos.

Desde la lógica de las políticas nacionales y  globales, es notoria la tendencia actual de promover la restauración como estrategia para abordar el cambio climático, cuya máxima expresión es la ,Declaración del Decenio de la Restauración este 2021. Los países de la región andina tenemos un compromiso con la Iniciativa 20×20, nacida precisamente de los compromisos climáticos.

Bajo todas estas lógicas, el día de hoy les invitamos a ver la restauración como una oportunidad.

Lo más conspicuo, lo más tangible: oportunidad para recuperar las funciones de los ecosistemas. En un contexto diverso como el de los Andes, no se debe perder de vista las lecciones aprendidas de las experiencias compartidas hoy, que nos invitan a tener criterio, Inty Arcos lo decía: «no hay dos fincas iguales, no hay dos territorios iguales».

Lo que podemos rescatar son principios básicos, que son recogidos en enfoques de trabajo como el de Manejo Sostenible de la Tierra y el Enfoque de Paisajes. En este punto queremos destacar la importancia de  brindar la atención debida a cada etapa del ciclo.

Solo por resumir, vemos como es básico realizar apropiadamente los estudio de cada sitio, definir metas claras, la toma de estrategias para que la participación sea inclusiva y justa, y con monitoreo activo orientado a guiar la toma decisiones. A esto, llamamos manejo adaptativo, como decía Kaspar Schmidt, avanzando hacia el futuro. También, es preciso rescatar lo señalado por todos los expositores sobre la importancia de la innovación tecnológica para hacer más eficientes los procesos, integrar aspectos, monitorear resultados y dinamizar el flujo de información. Drones, cámaras trampas, plataformas digitales, las tecnologías para recuperar germoplasma nativo, todo ello integrado y puesto al servicio de un fin común.

Ahora bien, la restauración debe generar también valor económico, y las oportunidades existen. Lo vimos en el intercambio del día martes, la existencia de distintos tipos de mecanismos financieros que rompen paradigmas clásicos. Las cadenas de valor, los esquemas de compensación por servicios ambientales y las inversiones de impacto, solo por hacer un resumen.

La restauración es también una oportunidad para generar alianzas y conectar espacios. Es una estrategia que brinda alternativas para crear conectividad entre las áreas productivas y las áreas de conservación, viendo el paisaje como un continuo espacio armónico, y no como un simple mosaico en el que se presentan diversos usos del suelo. Es también, una oportunidad para integrar ámbitos urbanos y rurales y a los distintos tipos de actores, como el sector privado y la sociedad civil, como lo hemos visto en el esquema BANCO2 que integra empresas y familias . Y en este marco, es de resaltar los roles que ejerce el Estado, lo que veíamos en el rol de las Corporaciones Autónomas de Colombia y de los GAD en Ecuador.

Construir una buena gobernanza, tanto local como multinivel, es clave para brindar sostenibilidad y garantizar la transparencia, la representación, la equidad y la distribución justa de beneficios; así como, para  institucionalizar todos estos procesos, y que no se pierdan en el tiempo. Casos como los de la organización comunitaria en Perú,  la Mancomunidad del Chocó Andino y la organización del esquema BANCO2, nos demuestran que esto es posible y escalable, con experiencias y modelos que, a su manera, están rompiendo fronteras.

Dejamos para e final quizá lo más importante, la oportunidad desde lo humano a la restauración, como una ventana para construir una sociedad más justa e inclusiva. Augusto Ramírez nos contaba como la restauración crea puntos de encuentro, para revalorar y reconectar la identidad andina con los elementos de su propio paisaje, proceso en el que los sabios, adultos mayores y mujeres tienen un rol protagónico. Es importante  resaltar que las estrategias para promover la restauración deben responder a la demanda real y necesidades locales, demandas de capacidades y de representación en la toma de decisiones, y por su puesto, a demandas económicas y financieras. Para ello, tangibilizar beneficios es clave.

Antes, solíamos pensar que los beneficios eran alargo plazo; pero las experiencias están demostrando que esto no es del todo cierto. Vemos los efectos inmediatos en experiencias monitoreadas, como la de Kiuñalla en que la estabilización del flujo hídrico se dio al cabo de muy poco tiempo.

Y hablando de inclusión, es importante no solo verlo desde lo territorial, sino que empecemos a conectar también todos los ámbitos, que lo global, nacional y territorial se encuentren y converjan. Desde el PBA queremos trasmitir ese mensaje, la necesidad de reconocer y valorar el aporte que  tiene el manejo de los bosques andinos en el marco de los procesos globales, como una manera de frenar los incendios forestales, cada vez más frecuentes y como una manera de conservar estos importantes sumideros de carbono.

Hace unos minutos Inty nos preguntaba «¿Cómo pedirle a una familia que deje de producir para  restaurar?». Sin duda no hay una receta. Hoy se puso sobre la mesa una palabra clave, los incentivos. Incentivos que sean más que un simple pago, sino que sean repensados para que apunten a cerrar esas brechas innegables: brechas sociales, brechas de género, intergeneracionales, entre otras. Para ello, tener reglas de juego clara es fundamental, siendo una de las más importantes la distribución justa de recursos, como la tierra  y la distribución justa de beneficios también.

En todo este marco, desde el Programa Bosques Andinos la validación de prácticas ha sido un aporte técnico y humano. Ya sea por la ciencia, por la práctica o por la necesidad de producir, se ha generado una diversidad de experiencias que no han quedado ahí, sino que han contribuido a generar lecciones aprendidas desde diversos ángulos, que han permitido generar conocimiento. Sabemos que en el mundo hay muchos lineamientos para la restauración, pero contar con conocimiento sitio – específico para ámbitos andinos, es  un aporte importante, más aún en una región particular como la andina, que es a la vez biodiversa, compleja y maravillosa.

Presentaciones

  1. Consideraciones Técnicas y sociales para Iniciativas de Restauración del Paisaje Forestal Andino
    De Roberto Kometter [6.3MB]
  2. Experiencias sobre restauración de paisajes de bosques andinos en Kiuñalla – Apurímac, Perú
    Augusto Ramírez [2.7MB]

El Programa Bosques Andinos (PBA) es una iniciativa de la Agencia de Cooperación para el Desarrollo de Suiza (COSUDE) en el marco de su Programa Global de Cambio Climático y cuya presencia apoyando el desarrollo rural y ambiental en la región andina y Perú data de más de 40 años. El PBA tiene por objetivo general “contribuir a mejorar las capacidades de adaptación y mitigación frente el cambio climático mediante la consolidación y escalamiento de políticas, prácticas, herramientas y esquemas de incentivos exitosos en los Andes relevantes al manejo sostenible de los bosques andinos”.

Una de las líneas de trabajo del PBA ha sido la incidencia en mecanismos de financiamiento, habiendo concentrado sus esfuerzos en dar a conocer y fortalecer esquemas que promuevan la participación del sector privado en la gestión sostenible de los paisajes de bosques andinos. Estos esquemas de inversión no son nuevos e incluyen aquellos basados en el mercado de servicios ambientales, como el de secuestro de carbono o de regulación hídrica, que incluyen a la inversión de impacto en restauración, donde no sólo se busca rentabilidad económica, sino también ambiental y social.

Esquemas como BanCO2 en Colombia, financiamiento para conservación y restauración a través de sistemas agroforestales basados en esquemas REDD+ y fondos de agua o mecanismos de retribución por servicio ecosistémico hídrico en Perú, son iniciativas que pueden ser escaladas y replicadas en los países, de acuerdo con el marco normativo existente. En este seminario-web presentamos ejemplos de estas iniciativas.

Objetivo

  • Compartir esquemas y modelos de financiamiento para la gestión sostenible de paisajes de bosques andinos.
  • Compartir lecciones aprendidas y retos en su implementación.
  • Promover el dialogo respecto a oportunidades de réplica y/o adaptación en los países andinos.

Programa

Resumen

Por Natalia Ruiz-Guevara, Helvetas Perú

Empezamos el evento recordando los compromisos de gran escala, como decía Maya Wolfensberger, de millones a billones, para poder lograr la meta de una economía y desarrollo humano carbono neutral. Estamos en un continuo aprendizaje, quién paga, cómo lo paga, cuál es el rol de cada quien. Maya nos contaba en el proceso han ido surgiendo obstáculos de procedimiento, cuya identificación y abordaje, no se logra sin alianzas.

Las necesidades, tanto de mitigación como adaptación son cada vez más notorias y crecientes. Requieren soluciones tanto rápidas, como eficientes. La pandemia de la Covid19 nos ha demostrado que en este camino, no podemos dejar de lado los aspectos humanos Además, nos ha sucedido en los sitios de aprendizaje del PBA, que tuvimos que empezar a entender y atender en tiempo real los vínculos entre vulnerabilidad al cambio climático con la salud, alimentación y la inclusión de género e intergeneracional, para poder brindar soluciones de adaptación.

Hablando de bosques, en los últimas décadas nuestros países han ido acumulando experiencias. Aún es notorio  que el financiamiento para los bosques andinos es insuficiente, pese a que está demostrada la importancia de los bosques andinos en términos de biodiversidad y servicios ecosistémicos. Sin embargo, los casos presentados hoy nos enseñan que es posible abordar estos vacíos de forma sinérgica e innovadora.

Cuando hablamos de innovación, hablamos de romper dicotomías clásicas. La experiencia de Colombia, de Perú integran, por ejemplo, los espacios rural/urbano, o la acción  pública y privada.

La responsabilidad social y ambiental ya no es más un plus en el accionar cívico y empresarial. Hoy hemos visto que ya existen esquemas formales y operativos, que facilitan la toma de acción y definen -para cada actor involucrado- roles activos en la mitigación y adaptación.

No estamos hablamos solo de recursos, o de tareas y acciones; sino también de normas, como bien lo han mostrado Claudia Hoyos y Luis en los casos de Colombia y Perú , en los que las políticas y los diversos instrumentos normativos institucionalizan formas de trabajo, brindan garantías, priorizan ejes, crean las “reglas de juego. Todo esto proporciona un marco operativo en el que las instituciones van creando un contexto de buena gobernanza,.

Y hablando de gobernanza hemos visto, por ejemplo en el caso del Fondo de Agua Quiroz Chira, como la acción colectiva, consolidada bajo una forma de organización clara puede cumplir la misión de conservar y proteger ecosistemas clave para el bienestar. Esta organización abre la puerta y brinda el contexto social amigable para crear y asentar este tipo de esquemas financieros de los que estamos hablando, en los que la buena gobernanza es clave para brindar transparencia en la toma de decisiones y en el uso de recursos; así como, para que no perder las relaciones de confianza, que son absolutamente necesarias para la continuidad de estos esquemas.

Quisiéramos hacer hincapié en el carácter multifunción que los espacios cumplen. Hemos visto en el caso presentado por Abel Calle, como desde ellos se gestan los distintos aspectos de restauración, conservación de biodiversidad, la investigación, formación de capacidades y también dan oportunidades para ir cerrando brechas históricas cuando se saben aplicar medidas para la inclusión justa y equitativa de jóvenes y de mujeres. Resaltamos el mensaje que nos trasmitió Abel sobre la importancia de crear beneficios tangibles para la población, a través fortalecimiento de procesos los productivos propios de cada territorio y de los medios de vida locales, que generen rentabilidad y sean una forma de crear valor en sí mismos.

A todo ello se suma la importancia de repensar modelos de negocios que hoy en día buscan generar impacto ambiental y social (interés del estado), generando rentabilidad económica (interés de las empresas). Tanto Manuel Velapatiño como Miguel Burriel, nos han resaltado la necesidad de que ambos, estado y empresas, brinden oportunidades para crear esquemas mixtos y claros .

El sector privado ha sabido crear oportunidades con base al carbono forestal, y ha avanzado en la creación de sus propios esquemas de inversión, que aprovecha una demanda creciente de créditos de carbono y no solo está escalando en términos de montos de inversión, sino en diversidad de fondos. Estos fondos, responden a las necesidades de cada realidad, para ser factibles y que, por ejemplo, incorporan la valoración del capital natural como elemento clave. El camino, a pesar de que este no ha sido fácil, ha sido fructífero y lo hemos visto en los casos compartidos por Manuel, en el que el carbono  ha sido empleado para brindar esa seguridad de inversión que el sector privado tanto necesita, y que también ha sido útil para motivar el manejo de un paisaje bajo criterios de sostenibilidad. Esto lo veíamos en las alusiones a los ODS en la presentación de Manuel.

Ahora bien, ¿estamos en nuestros territorios preparados para acceder a estos nuevos esquemas?. Sin duda la respuesta tiene muchas aristas, pero el día de hoy hemos visto la importancia de formar capacidades; pero no de una manera clásica, sino orientada a reforzar  potencialidades y a crear redes. Miguel Burriel nos compartió la experiencia del Land Accelerator xPerú que cumple esa función de incubadora, preparando a las empresas e iniciativas de negocios, para su maduración y escalamiento; así como, crea un registro de casos, articula a los diversos actores de las cadenas, y recupera las lecciones aprendidas.

En resumen, no solo posible sino necesario, atender las necesidades de mitigación y de adaptación al mismo tiempo, creando bienestar que genere beneficios tangibles. Queremos cerrar este evento, señalando la importancia demostrada de ir generando información en el camino, y de transformarla en conocimiento para la toma de decisiones. Decisiones que son también base de la formación de capacidades, de la elaboración de herramientas y la implementación óptima de esquemas de trabajo como el BANCO2, los MERESEH, y las inversiones de impactos. Compartir este tipo de experiencias es uno de los granitos de arena que desde el Programa Bosques Andinos. y sus sitios de aprendizaje. está quedando para la región andina y, por qué no, para las demás regiones de montañas y otros tipos de ecosistemas.

Presentaciones

  1. Programa Bosques Andinos y los mecanismos financieros
    Francisco Medina [1MB]
El Foro de los Recursos Hídricos es una plataforma de amplia participación social e institucional, constituida hace más de 20 años, con el objetivo de promover la investigación y el diálogo, así como la construcción colectiva de propuestas de política pública para la gestión planificada y participativa del agua. El 25, 26 y 27 de agosto de 2021, realizaron el 11vo Encuentro Nacional, organizado por el Consorcio Camaren y el auspicio de la Unión Europea y el Proyecto Urku Ñan.

En el segundo día, se presentó la ponencia “Gobernanza de la Conservación del Agua en los Países Andinos: Una mirada crítica”, resultado preliminar de un estudio regional llevado a cabo por SIPAE – Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en Ecuador, con el apoyo del Programa Bosques Andinos y la Universidad Central del Ecuador. El estudio parte de la necesidad de conocer, después de 2 décadas de la existencia de este mecanismo de pago por servicios ambientales, cuáles son sus impactos positivos y negativos, tanto ambientales como sociales, identificar los actores vinculados, sus roles, formas de participación y beneficio, así como las dinámicas institucionales y socioeconómicas que los han caracterizado.

Específicamente, se busca, a través del análisis de estudios de caso en Colombia, Ecuador y Perú bajo la mirada conceptual de la justicia hídrica, comprender las relaciones sociales, políticas, económicas, institucionales, culturales y ambientales, para contribuir con recomendaciones para una gobernanza más justa y democrática en torno a este mecanismo de conservación de ecosistemas clave para la provisión de agua.

En el mencionado encuentro, se socializaron algunos resultados preliminares. El primero es el reconocimiento de que la seguridad hídrica para algunos implica la inseguridad hídrica para otros: los fondos de agua no abordan el problema de la seguridad hídrica de las comunidades rurales. El segundo es que la toma de decisiones está condicionada al tema económico por sobre los impactos socioambientales. Un tercero es que no existen procesos de monitoreo que permitan evaluar adecuadamente sus impactos. El indicador más utilizado es el número de hectáreas bajo acuerdos de conservación.

Respecto a las recomendaciones, una fundamental es el ajuste de las políticas públicas para proteger la función social del agua, evitando sujetar el recurso a las reglas del mercado. Igualmente, se insta a reconocer económicamente el aporte de las comunidades rurales a la conservación y cuidado del agua, apoyar su organización y viabilizar alternativas de financiamiento ligadas al sistema financiero de la economía social y solidaria. En cuanto al sistema de monitoreo, es necesario crear sistemas de monitoreo que reflejen las variables socioambientales involucradas de manera integral. Estos podrían complementarse con la creación de Observatorios de Justicia Climática.

En el contexto actual de creciente crisis hídrica y la necesidad de fortalecer y procurar sistemas de gobernanza justos y con mayores impactos positivos tanto para los procesos de conservación de las fuentes hídricas, como para la seguridad hídrica integral de la población rural y urbana, es crítico multiplicar los espacios de debate en torno a estos mecanismos. El haber participado en el Foro de los Recursos Hídricos, ha sido un paso importante en este camino, introduciendo el tema y generando una mirada crítica en torno a éstos.

En este mismo camino, en las próximas semanas se presentarán los resultados finales del estudio con el fin de continuar con la reflexión y análisis, y se difundirá el documento de síntesis regional, que incluye los casos de estudio de Ecuador, Perú y Colombia, entre actores clave relacionados con el tema.

Los resultados de un nuevo estudio regional sobre el estado actual de las políticas de Cambio Climático (CC) y las estrategias de adaptación en los Andes, evidencian los logros en esta temática en los siete países andinos, y plantean las perspectivas a futuro. El estudio, conducido por Emilie Dupuits, politóloga y asesora de CONDESAN, forma parte de un proceso de síntesis de conocimiento promovido por los programas Adaptación en las Alturas y Bosques Andinos. Se presenta un análisis sociopolítico de siete casos de estudio, y el estado actual de políticas de adaptación en todos los países de los Andes.

La región Andina presenta retos particulares relacionados a su patrimonio natural de importancia global, y fuentes de presión sobre los paisajes y ecosistemas que acentúan los efectos del cambio climático. Los estados de la región han venido fortaleciendo los puntos focales técnicos y políticos, generando y presentando las comunicaciones nacionales, y desarrollando el marco regulatorio, técnico, de seguimiento y gestión. Sin embargo, hace falta entender mejor cómo esas políticas nacionales han sido implementadas en los territorios, y cuáles son los mecanismos de articulación para escalar las experiencias locales hacia la política pública nacional. Es en este contexto que se realiza este estudio sociopolítico, en torno a una pregunta central: ¿Cuáles son los retos institucionales y las percepciones locales frente a la implementación de políticas de adaptación al CC en los países andinos?

Además de una publicación en extenso con los detalles metodológicos y conclusiones de la investigación, se ha elaborado un resumen para su difusión entre los responsables de políticas, como parte de la serie “Propuestas Andinas: Diálogo entre la Ciencia y la Política” de Condesan. Un Taller de Socialización llevado a cabo el 22 de julio permitió además que 95 participantes de la región se sumaran al diálogo. Seis expertos y representantes de la región compartieron sus experiencias y aprendizajes claves en torno a iniciativas territoriales de adaptación y su relación con políticas nacionales sobre CC.

Emilie Dupuits basó su investigación en dos conceptos clave: gobernanza multiescala y coproducción de conocimientos. Una serie de indicadores asociados a estos conceptos permitieron analizar la situación en los países de la región andina. Se seleccionaron para la investigación siete casos de estudio a nivel provincial/local que representan la diversidad de contextos socioambientales, ecosistémicos e institucionales a lo largo de los Andes.

El análisis sociopolítico de los siete casos de estudio gira en torno al enfoque de diálogo de escalas y saberes y sus cinco dimensiones claves: articulación interinstitucional, articulación intersectorial, participación social, alternativas productivas adaptativas, y producción y acceso a la información.

El estudio identificó una serie de importantes avances en los países de la región andina. Por ejemplo, en cuanto a la articulación interinstitucional, se han creado una serie de herramientas más efectivas, con capacidad de adaptarse a la variación en contextos locales (entre las que se pueden mencionar: Ley de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos, Perú; Ley 1930 para la Gestión Integral de los Páramos, Colombia; Propuesta de Ley de Humedales, Argentina). Permanece como reto en este sentido vincular explícitamente estas iniciativas a las estrategias o políticas de CC a nivel nacional. Por otra parte han aparecido instrumentos de política a nivel subnacional o a través de programas piloto (por ej. Distrito de Conservación de Suelo, Agua y Bosque, Ministerio de Agricultura, Chile; Estrategia para el Monitoreo Integrado de los Ecosistemas de Alta Montaña en Colombia (EMA), Colombia; Plan Piloto de Intervenciones de la EMAPA, Cañete, Perú) que tienen la potencialidad de mejorar la articulación intersectorial sobre CC.

Como punto crítico, se menciona la necesidad de generar mecanismos efectivos de participación social, institucionalización del conocimiento local relevante y coproducción con el conocimiento tecno-científico.

Un avance importante identificado es el fortalecimiento de mecanismos de participación a nivel territorial (por ej. cumbres de agua, planes de gestión, mancomunidades, ordenanzas municipales). Se destaca el rol clave de los municipios en alianza con las comunidades locales para la implementación de las alternativas productivas y adaptativas al CC (por ej. Plan de manejo sustentable del pastoreo del ganado, Laguna de los Pozuelos, Argentina; Plan piloto ganadero con la comunidad de Las Tórtolas, Municipio de San José de Maipo, Chile; Plan Especial de Uso y Ocupación del Suelo de la Mancomunidad del Chocó Andino, Ecuador; Plan Piloto de Intervenciones en la Comunidad Campesina de Miraflores, Perú). En cambio, queda como reto garantizar la sostenibilidad mediante la consolidación de espacios de gobernanza local desde el estado.

Finalmente, como avances en materia de producción y acceso a información, se mencionó el trabajo de escalamiento de los saberes ancestrales sobre el clima hacia la política pública nacional, así como el mejor aprovechamiento del conocimiento tecnocientífico para validar las demandas comunitarias (por ej. Bioindicadores y Pachagramas, Cochabamba, Bolivia; Propuesta de Fondo Plurinacional del Agua, Cayambe, Ecuador). El estudio reveló también las barreras que suelen enfrentar las organizaciones de base a la hora de escalar su conocimiento local e histórico hacia los niveles nacionales de toma de decisión. Se estima necesario fortalecer las alianzas entre academia y comunidades locales para superar la dificultad en producir información sobre CC según los parámetros técnicos y científicos requeridos por las entidades públicas.

Este estudio constituye un aporte clave en la importante tarea de identificar vacíos, oportunidades y prioridades para orientar el trabajo de los tomadores de decisión, expertos y representantes de la sociedad civil, y cuál es la incidencia política de los implementadores de proyectos y estrategias de promoción de la sostenibilidad y la adaptación al CC en zonas de montaña en los próximos años.

El Estudio Regional: Estado Actual de las Políticas de Cambio Climático y las Estrategias de Adaptación en los Andes: una mirada multisectorial desde las montañas”, fue conducido por Emilie Dupuits en el marco del Programa Adaptación en las Alturas y el Programa Bosques Andinos  durante los años 2020 y 2021.

Sintetiza los principales resultados del Estudio Regional sobre Políticas de Cambio climático, dirigido a responsables de políticas, tomadores de decisión y público general. Publicado como parte de la serie “Propuestas Andinas: Diálogos entre Ciencia y Política” de CONDESAN.

Documento exhaustivo del estudio que engloba los marcos conceptual y metodológico, la descripción de los instrumentos y políticas, los casos de estudio, el análisis, la discusión, las conclusiones y las recomendaciones.

El evento se realizó el 22 de Julio de 2021.  Seis expertos y representantes de la región compartieron sus experiencias y aprendizajes claves en torno a iniciativas territoriales de adaptación y su relación con políticas nacionales sobre CC. Contó con la participación de 95 personas, incluyendo tomadores de decisión, expertos internacionales, académicos y líderes de la sociedad civil.

 

Las autoridades comunales y locales del ámbito del área propuesta como Bosque Modelo Abancay – Abancay, con el apoyo de aliados clave como el Programa Bosques Andinos – HELVETAS Perú, CEDES Apurímac, GORE Apurímac, SERFOR, SERNANP y la Comisión Ambiental Regional (CAR) , presentamos la propuesta del Bosque Modelo Abancay, con el propósito de formar parte de la RLABM, con la idea de visibilizar, consolidar , garantizar la sostenibilidad y beneficios de los paisajes y bosques, considerando los avances y procesos desarrollados en la gobernanza territorial, conservación y manejo sostenible de bosques andinos en Abancay – Apurímac.

Dentro del ámbito propuesto para el Bosque Modelo Abancay, se cuenta desde hace varios años con la intervención de proyectos como ECOBONA y el Programa Bosques Andinos, apoyados por la Cooperación Suiza, así como proyectos de otras instituciones (Gobierno Regional, SUNASS, entre otros), con las que se viene abordando actividades vinculadas a manejo y conservación de paisaje, especialmente de los bosques. Des tacan actividades de reforestación, restauración y monitoreo eco-hidrológico, protección y recuperación de manantes (fuentes de agua) , actividades productivas sostenibles , el apoyo a la implementación de un Mecanismo de Retribución por Servicios Ecosistémicos (MERESE) hídrico, la implementación de mecanismos de Pago por Servicios Ambientales (PSA) privados por captura de carbono y , recientemente, el apoyo a la organización y comercialización agrícola ante las condiciones de la pandemia del COVID- 19. Todo el lo dentro de un esquema de sinergias en estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático, para lo cual se fortalecen las estructuras organizativas comunitarias, así como la gobernanza de articulación inter institucional en la Comisión Ambiental Regional de Apurímac.

La Comisión Ambiental Regional – CAR Apurímac, creada mediante Ordenanza Regional Nº 019 -2014 GR-APURIMAC/CR, es la instancia de coordinación y concertación de la gestión ambiental, de carácter multisectorial , encargada de promover el dialogo y el acuerdo entre sectores públicos , privados y sociedad civil organizada, en cumplimiento de la Ley N° 2861 1 – Ley General del Ambiente y Ley N° 28245 – Ley Marco del Sistema Nacional de Gestión Ambiental , así como de las políticas Regional y Nacional Ambiental . La CAR cuenta con un Grupo Técnico de Biodiversidad (GT de BD) y mesas especializadas de trabajo.